Cuando restan solo unas horas para que en Granma comiencen a sentirse los efectos del huracán Matthew, según los pronósticos de meteorología, en este oriental territorio se continúan aunando esfuerzos para prevenir al máximo las pérdidas de todo tipo.
Los planes de contingencia se han puesto en práctica por estos días los cuales han sido vigilados por los miembros del Consejo de Defensa Provincial durante varios recorridos por las principales zonas de notable riesgo.
Emilio Cosme, Delegado de la Recursos Hidráulicos en Granma, dijo a los medios de prensa locales que se han tomado todas las disposiciones en los embalses con el fin de almacenar la mayor cantidad de agua, al tiempo que se perjudique en menor medida los terrenos contiguos a los aliviaderos donde existen viviendas y se desarrolla la actividad agropecuaria.
El dirigente significó que se cuenta con 35 grupos electrógenos para garantizar el bombeo de agua a la población y centros económicos, en caso de que falle el servicio eléctrico.
Varios centros educacionales con buenas condiciones físicas brindan hoy refugio a personas que habitan en zonas bajas que pueden ser inundadas.
Debido a que se prevé un fuerte impacto del fenómeno meteorológico en toda la parte del litoral, se evacuaron a los habitantes de la comunidad de Cabezada, ubicada en las cercanías del delta del río Cauto, el más lago de Cuba, el cual desemboca en el Golfo del Guacanayabo.
En cuanto a los centros asistenciales se mantienen los servicios de especialistas y se liberaron camas de las salas en los Hospitales Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, y Celia Sánchez, de Manzanillo, con el fin de tener disponibilidad para dar respuesta a lamentables situaciones que puedan presentarse.
En las diferentes instituciones de salud se controlan a embarazadas con riesgos o en fecha de parto, enfermos críticos, deambulantes, ancianos, y otros, como parte de las acciones para garantizar la vida e integridad en todos los sectores.
A partir de esta noche se esperan intensas lluvias a las que sobrevendrán fuertes vientos. En las últimas décadas los granmenses no han sufrido de forma directa los embates de ciclones o huracanes, pero sí han alcanzado cierta cultura en la preparación para enfrentarlos debido a las amenazas de algunos de estos organismos que han afectado a la Isla.