Fácil de degustar, crujiente y de agradable sabor dulce: tres cualidades que definen a las galletas Vitamalta, elaboradas en la provincia de Las Tunas como resultado de la labor innovadora de Cristina Torres Hidalgo, tecnóloga en derivados de la harina.
Con un aval de 38 años dedicados al aseguramiento de la calidad, refiere que si bien existían formularios para obtener esa golosina, fue necesario hallar un nuevo procedimiento que sustituyera el empleo de ingredientes como la manteca importada por aceite vegetal elaborado en Santiago de Cuba.
“En lugar de miel de abeja aplicamos una miel de azúcar similar por su calidad, además de incorporar ácido cítrico.
“Hicimos pruebas, pero no contábamos con los medios idóneos para llevarla a escala industrial, lo cual se hizo posible en el 2014 mediante la puesta en marcha de una línea de tecnología italiana”, recordó la miembro del Sindicato de Trabajadores de la Industria Alimentaria y la Pesca, organización que este mes de octubre celebrará su primera conferencia nacional.
En la Exposición 40 Aniversario de la Anir, Cristina presentó su iniciativa por la cual se han interesado productores avileños —quienes ya tenían algunos antecedentes en ese renglón— y los guantanameros, afirmó.
La Vitamalta tunera se comercializa en la red de mercados Ideal de la provincia. “Los consumidores la esperan y se vende rápido. A la semana producimos unas 6 toneladas”.
Lograr un producto de calidad al cumplir rigurosamente lo indicado por la carta tecnológica es un “secreto” que hace posible la satisfacción de Cristina, lo cual se multiplica al saber que la población aprecia la gustada golosina.