En medio de una crisis económica y política, y con la caída en picada de la popularidad del presidente Michel Temer, los brasileños eligieron este domingo a sus futuros alcaldes, vicealcaldes y concejales en una jornada que también puede entenderse como una antesala a las presidenciales del 2018.
Los comicios estuvieron marcados por la fragmentación política y la violencia, luego de varios atentados contra candidatos que dejaron 21 muertos en los últimos meses. Por esta razón el Ministerio de Defensa movilizó ayer a más de 25 mil soldados que patrullaron las calles.
Por primera vez, desde que se tienen registros, 35 partidos políticos se disputaron los cargos municipales, lo cual es coherente con el incremento en las solicitudes de inscripción reportadas por el Tribunal Superior Electoral de Brasil (TSE), que recientemente afirmó que la cifra se ha elevado en un 45,8 %, aunque solo el 5 % de ellos consiguieron su registro.
Antonio Teixeira, profesor de Ciencias Políticas de la Fundación Getulio Vargas advirtió que “para el elector, esa fragmentación partidaria es mala, pues desordena y perjudica el debate político”. Mencionó como ejemplo la ciudad de Sao Paulo, donde se presentaron 11 aspirantes a ocupar la alcaldía. Subrayó que el elector simplemente no consigue separar con facilidad un candidato de otro. “Es mucha información y, en general, su exceso causa desinformación”, sentenció.
No obstante, analistas consideran que las elecciones municipales en el gigante de Suramérica consolidarán como principales fuerzas al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y al Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) en el cual milita Temer, que pudieran ganar 22 y 18 alcaldías respectivamente.
En cambio, el Partido de los Trabajadores (PT), la formación lidereada por Luiz Inácio Lula da Silva y que gobernó Brasil por 13 años, perdió su condición de fuerza hegemónica. Hace 4 años conquistó el mayor número de alcaldías (25) en grandes urbes de su historia, pero según los resultados disponibles al cierre solo había ganado la de Río Branco, capital del estado de Acre, e iría a segunda vuelta en otras cuatro.
El PT perdió, por ejemplo, la alcaldía de Sao Paulo frente al candidato del PSDB, Joao Doria, aliado de Michel Temer. También cedió en el municipio donde vive Lula, en Sao Bernardo do Campo, que irá al balotaje entre Orlando Morando, candidato del PSDB y Alex Manente, del Partido Popular Socialista (PPS). Según la ley electoral brasileña, a estas elecciones municipales fueron convocados más de 144 millones de electores de 5 mil 564 municipios de las 93 ciudades con más de 200 mil votantes. Se exceptúan Brasilia, que por su condición de distrito federal no tiene alcalde sino gobernador, y la isla de Fernando de Noronha, que depende administrativamente de la urbe de Recife.
