Villa Clara recuerda aquel día en que Fidel visitó la provincia hace dos décadas. Traía como propósito abanderar el contingente Campaña de Las Villas que construyó el pedraplén Caibarién-Cayo Santa María, vial que unió la tierra firme con los cayos del norte del territorio y que potenció el desarrollo turístico de la zona.
Durante el acto en el campamento del contingente, en el que recibieron el estandarte de manos del jefe e inspirador, los constructores le regalaron una de sus gorras pues lo consideraron uno de sus fundadores, porque él fue el creador de la idea.
Fidel recorrió el pedraplén, observó cada detalle de los puentes, del paisaje; llenó de elogios a los trabajadores, conversó con el colectivo, les reconoció la magnitud de lo que habían hecho.
Estos hombres que habían, según confesaban, tirado solo piedra al mar, con sus palabras comprendieron que habían alzado la mirada del mundo hacia el horizonte de Cuba, y que habían realizado los sueños y las ideas del mayor de los constructores.
En una de las partes del discurso Fidel les dijo: “Es mejor abanderar, no cuando comienza una obra, sino cuando ha sido realizada”, además calificó la obra de increíble y admirable.
Fidel, luego de visitar el pedraplén en medio de la alegría por la proeza realizada por los constructores decide recorrer otros lugares de Villa Clara.
Ya en Santa Clara visitó el contingente Las Marianas, integrado por mujeres que producían vegetales. Junto a ellas subió al mirador, observó el área, ponderó la calidad de la producción y oyó los pregones; muchos de ellos con doble sentido: “Compre rabanitos, que pone a los hombres bonitos”.
Al escucharlos Fidel reía, estaba feliz, las lisonjeó y preguntó incluso cómo se mantenían tan lindas a pesar de estar muchas horas expuestas al sol de Cuba.
Posteriormente estuvo en la Inpud, donde conoció las producciones que se recuperaban en una empresa que era insigne de la industria en el país. Allí los trabajadores acudieron a saludarlo, las mujeres salieron a su encuentro a pesar de haberles advertido mantenerse en sus puestos de trabajo y lo abrazaron. Es que Fidel inspira, encanta, emociona…
También llegó a la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas. Su intención fue conocer el desarrollo científico y en especial potenciar el de la biotecnología de las plantas, en la génesis del Instituto de Biotecnología de las Plantas (IBP), un centro de reconocido prestigio actualmente a nivel internacional con resultados científicos de excelencia.
Ya con este recorrido la visita sería histórica, pero se hizo inolvidable, imborrable y doblemente cierta cuando decidió en una convocatoria urgente hablarle al pueblo de la provincia.
A la Plaza con Fidel
Hacía algunos años que el líder de la Revolución cubana no visitaba la provincia, el pueblo ansiaba su presencia.
En la mañana del 30 de septiembre Villa Clara amaneció con una sorpresa inesperada. Por la radioemisora CMHW se decía ¡Fidel en Villa Clara!, carteles por las calles anunciaban que en la tarde le hablaría desde la Plaza del Che. Se citaba con premura al pueblo a asistir a la concentración, pero no hacía falta muchos esfuerzos: se anhelaba verlo, se deseaba escucharlo, se quería estar junto a él… porque Fidel convoca siempre.
El pueblo en masa y espontáneamente se concentró junto al Che para ver al Comandante en Jefe, para oírle, atenderle, para recibir sus órdenes… La plaza se llenó, se desbordó. El pueblo en pleno fue a su encuentro, a pesar de haber sido aquella una convocatoria urgente. Para Fidel la concentración fue, según dijo después, “un huracán de pueblo”.
Era la primera vez que estaba Fidel en la Plaza Comandante Ernesto Che Guevara, de Santa Clara. Llegó emocionado. Al arribar saludó militarmente al amigo, al hermano, al primer combatiente que ascendió a Comandante en la Sierra Maestra.
Estaba en la plaza que luego sería la última morada del Guerrillero Heroico.
Ese sitio que es templo al valor y la entrega. En el que se erige la estatua en bronce al guerrillero, obra del artista de la plástica José Delarra y proyectado por los arquitectos Blanca Hernández y Jorge Cao, lugar lleno de simbolismo y códigos artísticos. Ese sitio que es uno de los más visitados de Cuba y de América Latina, y que ha obtenidos múltiples reconocimientos, entre ellos haber sido declarado Monumento Nacional. Cuenta con un museo en el que se aprecian documentos, cartas, fotos y objetos de Guevara. También el Mausoleo Frente Las Villas y además el Memorial donde se custodian los restos del Che y los de los combatientes de la guerrilla boliviana, lugar donde Fidel encendiera la llama eterna en octubre de 1997.
Fidel en el discurso de aquel septiembre de hace 20 años llamó a los villaclareños vencedores de dificultades y obstáculos, frase que desde entonces acompaña el espíritu de la provincia en aras de proponerse e impulsar nuevas metas, porque Fidel inspira por su indeclinable posición de principios y su siempre capacidad de vencer y porque lo hizo desde el lugar en que los villaclareños perpetúan al Che.
Hoy en Villa Clara se recuerda ese día, se renueva la alegría y el compromiso de aquellas horas que marcaron para siempre la vida del territorio y que creció con el impulso creador de aquella jornada especial que protagonizó Fidel entre nosotros, como ahora en su aniversario 90.