La selección femenina cubana se despidió este domingo de la III Copa Panamericana de Voleibol, categoría sub 23 años, con las medallas de bronce y la obtención del boleto para el certamen universal calendariado para la venidera temporada. Dicha así, esa historia suena bien, pero el resultado no es para soltar voladores…
Nuestras jugadoras cumplieron una tropeloza etapa regular y entraron en semifinales por los pelos. Derrotas ante Argentina (1-3 sets), República Dominicana (0-3) y Perú (2-3), y éxitos sobre Costa Rica (3-0) y Trinidad y Tobago (3-0) fueron los “méritos” de una tropa llamada a más, pese a la conocida carencia de fogueo.
El sueño de acceder a la final duró el sábado no más de una hora. Las bicampeonas dominicanas volvieron a ser implacables, y con barrida de 25-17, 25-20 y 25-20 enviaron a las alumnas de Roberto García a un partido revancha por el tercer lugar, frente a las locales.
La víspera casi vivimos un remake de lo acontecido en preliminares, cuando las andinas rescataron un pleito que perdían 0-2 frente a las cubanas. Esta vez nuestra formación salió delante por 25-14 y 25-19, pero otra vez se desplomó (16-25 y 12-25) y solo recobró fuerzas en el tie break (15-8).
Por rendimientos tan inestables como esos —sostengo— no hay mucho que celebrar. El equipo, según las estadísticas, mostró fallas notables en la recepción, el acomodo y el servicio. Varias de sus atacantes de esquina no promediaron por encima del 40 % de efectividad, y el índice de errores propios fue siempre elevado.
Hubo figuras destacadas, como la opuesta Heydi Casanova. Y otras exhibieron, por momentos, un buen nivel. Sin embargo, a todas les falta regularidad en el juego y capacidad para superar trances de bajo desempeño.
No obvio que algunas de nuestras chicas no son exactamente sub-23, pero vale señalar que esta categoría coexiste en alguna medida con el nivel élite y, por tanto, no se conciben errores “infantiles”. Si Cuba ha sufrido tanto en una lid como la recién despedida, muchas cosas andan mal con esta generación de voleibolistas.
Argentina y Dominicana disputaron el oro, con triunfo para las quisqueyanas 25-21, 25-19 y 25-19.