Buena parte de los 258 mil 918 trabajadores estatales santiagueros que se acogen a la Resolución 6 (R/6) —a tiempo 213 mil 920, por rendimiento 44 mil 998, de ellos por resultados 37 mil 124, y a destajo 7 mil 874— la han recibido con mejores ánimos que a su antecesora, la llevada, traída y nunca bien ponderada 17.
Las adecuaciones hechas a las disposiciones de esta última propician más tino en la aplicación de las formas y sistemas de pago, lo cual ha contribuido a que hasta la fecha el salario medio mensual de la provincia se ubique en los 700 pesos (en las empresas de subordinación local es de 535), superior al totalizado al cierre del 2015 que fue de 628.
No obstante, en un acercamiento preliminar al asunto, queda claro que aún hay trecho por recorrer para poder asegurar plena satisfacción con la materialización del mencionado cuerpo legal.
“Uno de los problemas es que falta información en la base, considera Yamilé Sierra Hidalgo, miembro del secretariado provincial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Santiago de Cuba; hay que explicarla más, casi desmenuzarla para que cada afiliado comprenda cómo se forma y distribuye el salario.
“Eso les corresponde a los directivos y en especial a los de las áreas contables y de recursos humanos, pero el sindicato no puede estar ajeno a ese proceso, todo lo contrario, es parte fundamental y deviene impulsor principal de la capacitación, del diálogo, que no puede reducirse a un día y ya, necesariamente tiene que formar parte de la agenda cotidiana de la organización, mucho más en estos tiempos en que es imprescindible reducir gastos materiales y explotar las reservas de eficiencia y ahorro de cada entidad”.
Harina de otro costal
En la unidad empresarial de base (UEB) Cereales Frank País García el bolsillo anda contento, estimulado por un salario medio que ronda los mil 150 pesos, además de otras mejoras, en particular en las condiciones laborales. Todo esto tributa a un ambiente propicio para asumir el encargo que le corresponde en el suministro de harina y otros productos no solo al territorio santiaguero, sino a varias provincias orientales.
La aplicación de la R/6 estuvo antecedida de un intencionado período de capacitación “casi una alfabetización en la materia”, a decir de Angelina Hernández Pupo, secretaria general del buró sindical.
Tiza y pizarrón en mano Israel Silva Aguilar, especialista principal de recursos humanos, anduvo área por área y codo a codo con los dirigentes sindicales, dando los detalles necesarios para una cabal comprensión del citado cuerpo legal.
“El resultado es que ningún trabajador viene a reclamarnos cuestiones vinculadas con el pago”, asegura Israel y lo refrenda Zucel Castillo Figueroa, jefa de brigada del establecimiento de harina destinada al mercado interno en divisa.
“Hay murales en varios puntos del centro y se actualiza la marcha del plan, la gente lo lleva a punta de lápiz porque sabe que la formación y distribución del salario depende del aporte individual y además de la sumatoria del que realizan los 430 trabajadores que conformamos este colectivo”.
Aun cuando en determinados momentos de este 2016 hubo problemas tecnológicos y con la disponibilidad de la materia prima que incidieron en el cumplimiento del plan, no se afectó el pago por resultados.
Rodolfo Lores Martín y Eduardo Campos Oviedo, del establecimiento de trigo, aseveran que tiempo atrás eso era impensable, “incluso a veces la UEB cumplía sus planes y no cobrábamos como debía ser”, dice Lores Martín, y “sin lugar a dudas, se puede afirmar que la 6 supera a la anterior”enfatiza Campos Oviedo.
A juicio de Waldis González Peinado, director de la unidad básica santiaguera, la esencia radica en reducir gastos para que no se alteren los indicadores establecidos, una acción que impulsa la eficiencia y que no siempre se materializa en todos los lugares por igual.
De cal y de arena
Con gastos que superan lo previsto en este 2016 —un millón 479 mil pesos por encima— la Empresa Provincial de Producción de Materiales de la Construcción (Empromac) ha tratado de maniobrar y salir airosa en la misión de fabricar 57 renglones de alta demanda, los cuales se cumplen sin mayores contratiempos con excepción de los ladrillos de barro que no totalizan los volúmenes pactados.
Aunque el consumo intermedio (gastos materiales y otros monetarios) excede en un millón 533 mil lo planificado, la entidad logra al cierre de agosto un salario medio mensual de 771 pesos, superior a lo previsto (714) y a lo totalizado en 2015 (759).
“En la actualidad el centro ha culminado la etapa de instalación de un grupo de equipos obtenidos gracias a la colaboración internacional, puntualiza Carlos Manuel Peinado Ferrer, especialista en desarrollo tecnológico de Empromac explica que ya están en explotación las líneas de áridos, las máquinas para hacer bloques, prensas hidráulicas, y hormigoneras.
“Nos queda poner mayores empeños en la reducción de los gastos, muchos de los cuales se concentran en el alquiler de equipos, la compra de madera para quemar productos de cerámica, entre otras cuestiones.
“En lo fundamental hemos dialogado con nuestros trabajadores acerca del costo/beneficio de esta mejora tecnológica, la cual no solo tributa al posterior incremento productivo sino a humanizar más la labor”.
Esto último se hace tangible en el establecimiento La Campana, especializado en la fabricación de elementos de piso, aunque en los últimos tiempos, y en busca de diversificar surtidos e incrementar salario, incursionan en la producción de bloques y tanques de fibrocemento.
Sin dejar de verter en el molde las mezclas necesarias para conformar un mosaico, Rafael Martínez Reveaux dialoga en torno a las mejoras de que ahora, con sus 63 años acuesta y su condición de fundador de Empromac, disfruta.
“Antes era terrible, había que hacer tremenda fuerza halando una soga para prensar el molde, y solo recibíamos 0.11 centavos por cada mosaico, ahora tenemos prensa hidráulica y nos subieron el valor del producto a 0.20, y ahí vamos, con unos pesitos más en el bolsillo, aunque pueden aumentar si se ajustan algunos asuntos.
“Por ejemplo, pagar más por mosaico, aquí hay algunos que se han ido para el sector por cuenta propia por eso, pero bueno, en lo que se discute ese tema vamos pa’lante con la 6 y en dependencia del esfuerzo que se hace se ingresa, yo he llegado a los mil pesos”, expresa el joven Yorlandis Brooks Mora.
Si bien en los establecimientos de Empromac, dispersos en los nueve municipios de la provincia, la R/6 se dio a conocer oportunamente, la subdirectora de Recursos Humanos, Valentina Calzado, piensa que todavía son necesarias más acciones de capacitación al respecto, cuestión que reconoce como válida Ismael Torres Trutié, técnico de producción y secretario general de La Campana.
“Hay que conocerla bien para aplicarla como está establecida y que de verdad sea un estímulo para trabajar como hace falta y también para tener un salario como el que hace falta”.
Acerca del autor
Periodista cubana. Máster en Ciencias de la Comunicación. Profesora Auxiliar de la Universidad de Oriente. Guionista de radio y televisión.