Breve, frágil, y recibida con mucha cautela e incertidumbres la tregua acordada por una semana entre la opositora Coalición Nacional Siria (CNFROS) , el Ejército Libre Sirio (ELS) y las Fuerzas Armadas del Gobierno del Presidente Bachar Al Assad, establece un hito esperanzador hacia la solución de la guerra que desde hace más de 5 años desgarra a la nación árabe.
El alto al fuego, considerado como un régimen de calma y coincidente con la Fiesta del Eidal-Adha ( El Sacrificio), celebrado por todos los musulmanes en el mundo, fue alcanzado como parte de un histórico acuerdo entre Estados Unidos y la Federación Rusa, del que están excluidos los agrupaciones terroristas: el autodenominado Ejército Islámico (EI) y el Frente de la Conquista del Levante, nuevo nombre del Frente al Nusra, que continúan sus ataques y atentados en las diversas partes que ocupan en territorio sirio.
El concierto ruso-norteamericano prevé operaciones militares conjuntas para abatir las reductos de los grupos terroristas, que en los últimos meses han sufrido fuertes golpes por parte del ejército y las fuerzas de seguridad sirias en importantes ciudades como Damasco, Homs, Alepo, La Takia, Palmira, Quneitra y desalojados de otras localidades..
Principal protagonista de la heroica resistencia a la injusta guerra de agresión que involucra a bandas de mercenarios de cerca de 80 países, que con el cuantioso soporte material y la intervención de potencias imperialistas, Israel y monarquías árabes, han pretendido durante más de estos 5 años derrocar al Gobierno constitucional. El patriótico pueblo sirio, que a un inmenso costo de vidas, atentados terroristas, devastación, penurias y sacrificios ha defendido la libertad, soberanía, e independencia de su tierra.
Según datos de diversas agencias internacionales el número de muertos en este conflicto rebasan los 470 mil, mientras los refugiados y desplazados se calculan en cerca de 6 millones de ciudadanos.
La población más afectada y desprotegida son los niños. Unicef estima que 8,4 millones de menores –más del 80% de la población infantil de Siria— se han visto afectados por el conflicto, incluyendo tanto a los que están dentro del país como a los que viven refugiados en países vecinos
El viraje militar favor de Siria en los frentes de guerra y la decisiva ayuda prestada por Rusia, han obligado a Estados Unidos a cambiar su estrategia política, empecinada en derrocar aun al Gobierno legítimo, resultado de la elección popular mediante el sufragio universal.
Subestimando la capacidad de resistencia de los pueblos, Washington pretendió dar continuidad a sus planes de cambiar el panorama político, económico y social del Oriente Medio, aplicando la acción militar como en Afganistán, Irak y Libia, justificada por el satánico George W. Bush con su fementida lucha contra el terrorismo internacional, tras los atentados del las Torres Gemelas, el 11 de septiembre del 2001.
De progresar esta tregua hasta ulteriores etapas será un gran aporte a la estabilidad y la paz no solo en Siria, sino también en la región y al espíritu con que mil 200 millones de musulmanes celebran la fiesta del Eidal-Adha, fin de año de peregrinaje a la Meca, que es un culto a la coexistencia pacífica, la fraternidad y la solidaridad humana, tan urgente y necesaria en el actual escenario internacional de estos tiempos.