La tercera edición del Festival Habanarte abrió oficialmente en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso con el estreno mundial de Welcome, coreografía de Susana Pous para DanzAbierta, la compañía que dirige.
Lo primero que llamó la atención fue la espectacularidad de la escenografía, concebida por la artista de la plástica Mabel Poblet: una instalación caleidoscópica, integrada por telones, paneles rodantes y otros elementos corpóreos que, gracias al impactante diseño de luces de Guido Gali, recrea brillantes ámbitos para la danza.
Porque ese es, en definitiva, el principal mérito de Welcome: la eficaz manera de articular lenguajes artísticos, una circunstancia que se completa con la música de Aldo López-Gavilán, que lleva casi hasta el extrañamiento sonoridades emblemáticas de la isla.
Susana Pous no suele ser explícita: la metáfora reina. El movimiento se concreta en espacios muy bien delimitados, que los intérpre intérpretes tratan ocasionalmente de trascender. Es interesante la relación del grupo con los individuos: aquí y allá se experimentan “desgajamientos” que el conjunto intenta anular o asimilar, a veces con violencia.
Resulta notable una tendencia al ciclo, que por momentos pudiera parecer cacofónica, aunque se sostiene en la progresión.
Los bailarines de DanzAbierta lucieron perfectamente comprometidos con la obra, algo esencial si tomamos en cuenta que la propuesta de Susana Pous siempre va más allá de la simple danza: exige altas dosis de histrionismo.
