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Muros contra migrantes

Foto: Tomada de www. elpais. com
A finales de este año un nuevo muro intentará poner freno a quienes huyen del hambre, las guerras y persiguen el futuro próspero. Foto: Tomada de www. elpais. com

 

A finales de este año un nuevo muro intentará poner freno a quienes huyen del hambre, las guerras y persiguen el futuro próspero que en sus países de origen no pueden hallar.  Se trata de una muralla de cuatro metros de alto que bordeará la  circunvalación que conduce al puerto de Calais, al norte de Francia.

La tapia de hormigón, ensamblada con una estructura  metálica desmontable, prolongará las alambradas de 39 kilómetros levantadas a mediados del 2015 para proteger el acceso al túnel del canal de la Mancha,  así como al puerto y la carretera de esa ciudad francesa, donde hay otros 30 kilómetros de púas.

En un intento por disimular el espanto que representa la obra, los ejecutores han afirmado que será recubierta con vegetación por el lado que da a la carretera, aunque siempre será visible el sistema de videovigilancia e iluminación que detectará cualquier intento de burlar el obstáculo.

La obra será financiada por Gran Bretaña y costará 2,7 millones de euros, según ha revelado un cable de la AFP.

«Este muro impedirá a los migrantes invadir la carretera cada noche», explicó a la prensa Marc Puissesseau, director del puerto de Calais.

Entre 6 mil 900 y 9 mil migrantes viven en improvisados refugios en esta urbe, los cuales constituyen el más grande asentamiento de su tipo de Francia. Desde ahí, suelen acceder a la carretera de la circunvalación, donde colocan alambradas, troncos o diversos artefactos, para detener a los camiones que circulan por allí, subirse a bordo y pasar de polizontes al Reino Unido.

Campo de refugiados en Calais. Foto: Tomada de www.infobae.com

 

Natacha  Bouchart, alcaldesa de Calais, ha declarado que el muro «no tiene razón de ser», puesto que el Gobierno aseguró que cerraría el barrio de chabolas «lo más rápidamente posible», por lo que quedaría inservible en unos meses.

Voluntarios y sindicalistas franceses que asisten a los inmigrantes también se han opuesto al proyecto pues reconocen que es «un proyecto inútil y costoso» que solo desplazará «dos o tres kilómetros los intentos de pasar» al otro lado.

En el Reino Unido, la diputada ecologista Caroline Lucas tildó la obra de «monstruosa», mientras que el colectivo Citizens propuso que el dinero invertido debería destinarse a que los menores retenidos en Calais pudieran reunirse con sus familiares.

Cuando el 9 de noviembre de 1989 los alemanes comenzaron a derribar el muro de Berlín, eran 16 los de su tipo en todo el mundo.  Casi tres décadas después, la cifra aumentó a 65, terminados o en construcción, según la investigadora Elisabeth Vallet, de la Universidad de Quebec.  A esta lista quizás tendremos que sumar, si saliera electo, el que supuestamente construirá, entre México y Estados Unidos, el candidato a la presidencia de Donald Trump

“Lo único que estos muros tienen en común, es que constituyen, sobre todo, decorados de teatro”, ha reconocido el escritor canadiense Marcello Di Cintio, autor del estudio Muros, viaje por las barricadas, pues la seguridad que ellos proporcionan es solo una ilusión, los migrantes acaban por vencer obstáculos como estos, sentenció.

La Organización Internacional para las Migraciones ha reconocido que “el cierre de fronteras no hace más que desplazar el problema, llevando a los migrantes a través de terribles desiertos o barcos precarios” para cruzar el mar.  Muros como el que hoy se levanta en Calais solo son efectivos contra los más pobres y desesperados.

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