El espirituano Frederic Cepeda es de esos peloteros que cualquier mánager quisiera tener en su equipo. Bateador de tacto, fuerza y oportunidad y uno de los pocos ambidextros de nuestra pelota, ha tenido par de años muy complicados, con una contratación en Japón que no cumplió sus expectativas y dos operaciones recientes.
Su reincorporación a la 56 Serie Nacional ha sido por todo lo alto. Va segundo entre los bateadores con 439 de average y ha despachado seis cuadrangulares con el mejor OBP (549) y OPS (1256) de la campaña, a pesar de estar todavía al 50% del rendimiento físico. Su historia, opinión y sueños son tan válidos como el primer día que se ganó el calificativo de “imprescindible”.
¿Cómo fue tu preparación para la serie tras las operaciones?
Me operé primero la rodilla en enero. Ya tenía una anterior, pero otra vez el menisco obligó a ir al quirófano. Esa recuperación es de más o menos tres meses, pero al mes de estar de pie y caminar sin las muletas se decidió operar el codo para hacer una rehabilitación conjunta.
La operación del codo es la muy conocida Tommy John, que se les practica mucho a los lanzadores y a los jardineros. Por ejemplo, aquí en Cuba se le realizó también a Yoandri Urgellés. En el béisbol profesional pasa con frecuencia y realmente es un año de recuperación en los lanzadores porque se hace una preparación bastante lenta, con rehabilitación y fisioterapia.
¿Qué ha sucedió conmigo? A los 3-4 meses de operado empecé a hacer lanzamientos suaves y los primeros swings. Poco a poco, tratando de entrar en bola, porque sabía que habían adelantado la Serie Nacional y quería jugarla.
¿No sientes ninguna molestia en estos momentos?
En el codo nada. Ha sido todo lentamente y no estoy haciendo swings grandes. Estoy empezando a ajustarme ahora, porque hace rato no veía un lanzador, desde que vine de Japón. Recuerda que no estuve en el Premier ni en la Serie del Caribe. Esperé para ir a Colombia, pero eso se demoró y estuve solo una semana allí. Decidí regresar a Cuba para operarme ya que quedé fuera de todos los eventos internacionales. Por eso ahora estoy todavía a un 50 %.
¿Cuáles son las perspectivas de Cepeda para esta temporada?
Volver a integrar el equipo nacional. Sueño con el IV Clásico Mundial del próximo año. Sería quizás el único cubano con cuatro apariciones en ese torneo y cada hit, impulsada, jonrón o anotada sería un récord personal y para Cuba. Lo principal para Cepeda hoy es la salud, su familia y jugar béisbol. Me atrapaba la idea de defender el MVP en la Serie del Caribe (lo fue en el 2015) y no pude porque fui el único que estando en un contrato no lo llamaron.
¿Consideras que debieron llamarte?
Sí, claro. A veces se cometen este tipo de injusticias. Desde mi punto de vista debieron hacerlo. Por ejemplo, para el Premier 12 estaba en Japón cumpliendo el contrato y tampoco me convocaron. Sin embargo para los Juegos Panamericanos de Toronto sí y tuve que viajar 22 horas desde Asia a América, para adaptarme al horario y jugar en una semana. Son cosas de estrategias que dependen de otros. Lo que queda de mi parte es seguir jugando béisbol como siempre lo hecho, con entrega y sacrificio.
Has dicho que quieres recuperar algunos números individuales en esta Serie
Quisiera acercarme a los dos mil hits (tiene hasta este domingo 1776), subir un poco más en dobles (va décimo de por vida con 344) y quizás hasta llegar a los 300 jonrones (acumula 271). Me atrasé un poco por los dos años que estuve en Japón y solo pude jugar 20 y tantos juegos en la primera serie cuando regresé. En la pasada, cuando vine, ya se había acabado la Serie Nacional.
¿Qué pasó con Cepeda en Japón en cuanto al rendimiento?
He dicho varias veces que no rendí lo esperado. Honor a quien honor merece. Otros muchachos que estuvieron allá, con las mismas condiciones tuvieron un mejor rendimiento, ahí están los casos de Yulieski Gurriel y Alfredo Despaigne, este último es uno de los peloteros latinos más codiciados allá en estos momentos.
También influye el equipo al que llegues y las oportunidades que tengas. Cuando me contrataron me dijeron que iban a darme un chance para prepararme porque ellos sabían que nosotros no estábamos adaptados a esa liga y que tendría unos días en ligas menores. Y la realidad es que no fue así.
Llegué y al segundo día, con dos prácticas de bateo, fui el cuarto bate número 80 en la historia de los Gigantes de Yomiuri. Empecé más o menos bien, pero luego tuve unos 60 turnos al bate y el average fue de 190. No pude subirlo más. Luego me emplearon como emergente y ahí las reglas son muy estrictas, porque no puede haber más de cuatro jugadores extranjeros contratados en el equipo de arriba. Me mandaron a las menores y cuando hay un extranjero que está bien no suben a nadie más. En ligas menores hice la misma función, emergente, porque en la zona donde jugaba no había designado. Puedo decirlo sin justificar: no obtuve el resultado deseado.
A pesar de eso, ¿qué experiencia te aportó?
Aprendí muchas cosas del béisbol profesional: códigos de ética y sistemas de entrenamiento. Reafirmé que el béisbol es un deporte muy caro para practicar como lo asumimos nosotros. Se necesitan muchas condiciones para ser un pelotero profesional y permanecer en esos equipos. Lo importante no solo es llegar, sino mantenerse.
¿Qué opinión tienes sobre la inserción internacional de los cubanos?
Necesitamos, primero que todo, que se abran más las conversaciones con otras ligas de alto nivel profesional, porque la única en la que nos hemos podido insertar es la de Japón.
Hay muchas cosas que debemos aprender de los contratos y que se pueden arreglar. Son muchos detalles. Por ejemplo, estuve en ligas menores y antes de salir de aquí me vendieron una cosa que no fue así. Es muy difícil subir de ligas menores hacia arriba.
Considero que hay que acercarse más a los peloteros contratados. Nadie va a allá a visitarte ni a saber cómo te va. Si no es un abogado, tiene que ser un representante del INDER o como se llame, porque pasan cosas y luego es tarde. No defiendo nada personal porque ya dije que no rendí, pero es necesario rectificar eso.
¿En este regreso piensas llegar hasta Tokío 2020?
Ahora mismo solo pienso seguir jugando béisbol. No tengo en mi cabeza retirarme. Incluso, haga o no el equipo al IV Clásico.
¿Por qué Cepeda se mantiene en Sancti Spíritus a pesar de poder ser llamado por otros equipos?
Nunca he recibido propuestas, a no ser cuando me han escogido como refuerzo. En mi estancia en Sancti Spíritus influye mucho la familia. Nunca voy a abandonarla ni tampoco al equipo con el que debuté. Me siento bien aquí. Y si he llegado hasta donde he llegado se lo debo a esta selección, a la cual le tributaré hasta el retiro mi mejor rendimiento y experiencias.
¿Qué puede hacerse para aumentar la calidad de nuestro béisbol?
Los contratos en el exterior ayudan mucho a los peloteros, desde lo profesional hasta lo económico. Permiten desarrollar jugadores, ver otro béisbol (todas las ligas son diferentes, el pitcheo en México no es igual al de Japón, por ejemplo) y elevar el nivel.
Pero eso implica también trabajar más con los que quedan aquí, porque ojalá lleguemos a contratar 100 peloteros al año. ¿Y el resto que se queda, que son la mayoría? ¿Qué hacemos con ellos?
Nunca estuve de acuerdo con acortar la Serie Nacional a 45 juegos, aunque muchos periodistas lo defiendan y hasta lo vean como la solución al béisbol cubano. La cantidad de peloteros que se quedan fuera para la segunda etapa es inmensa. Recuerdo varios ejemplos, Dary Bartolomé que quedó líder de jonrones hace unos años y quedó fuera de la segunda etapa.
También se dijo que con la otra estructura en los últimos juegos se perdía emoción cuando los equipos se saben clasificados. Pero eso pasa en todas las ligas, lo vi en Japón y ocurre hasta en Grandes Ligas. En esos partidos finales el pelotero lucha por sus metas personales. Y siempre va a ver un último lugar.
Los que más conocen del béisbol, no lo digo yo, han demostrado que para desarrollar un bateador y alcance un buen resultado tiene que tener más de 200 turnos al bate. Por eso existe la doble A, la triple A y todas las demás ligas menores para que los peloteros jueguen. Nosotros tenemos una sola liga.
Y eso me remonta a por qué estoy jugando. Si no tengo otra liga donde prepararme e ir buscando la forma la óptima, tengo que hacerlo en la Serie Nacional, porque si no juego estaría dos años para recuperarme de la operación.
¿Abogas por más juegos y hasta por una Serie Selectiva?
La clave es esta. Cuando se acaba la Serie Nacional dónde se juega béisbol en Cuba. ¿Dónde puedes probar a jugadores como yo, que pasamos de 23 años? Es algo que debe reanalizarse. Si se hubieran mantenido los 90 juegos y luego hacer una liga más fuerte no se quedarían tantos peloteros sin jugar béisbol. Y eso es lo que más preocupa, los que vienen detrás, que pueden pasar años sin desarrollarse. Hay pitchers con 20 años y solo 20 inning lanzados y entonces tienen que esperar otro año para lanzar quizás lo mismo en 45 juegos. ¿Cuánto tiempo demoran en alcanzar una calidad media? Se está perdiendo esa juventud.
Cerremos el diálogo con algo personal. Tu padre, un hombre que te enseñó a jugar béisbol y ahora lo hace con tu hijo.
Sigue siendo mi paradigma. Ahora tiene en la mano a mi hijo, Frederic Cepeda, que con siete años lo está enseñando a batear a las dos manos y a jugar en todas las posiciones. La esperanza es que sea mejor que yo. (Sonríe)