La vida la privó de los sonidos. Dunierky Valdés Castro es sordomuda. Pero ella sabe que no importa la sordera del oído cuando la mente oye, porque la verdadera, la incurable, es la de la mente, como afirmó Víctor Hugo, poeta, dramaturgo y novelista francés.
La conocí en el Pabellón Central de Expocuba, en el stand del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la Ciencia y el Deporte, mientras transcurría la Exposición Aniversario 40 de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores. Ella formó parte de la representación de la provincia de Villa Clara. A pesar de su permanente silencio, no pasó inadvertida, no solo por ser la única persona con esa discapacidad entre los 200 expositores, sino por la extraordinaria importancia del trabajo que mostró: Medios de enseñanza para el desarrollo del lenguaje de los niños sordos de primer grado.
Gracias a la gentileza y colaboración de su compañera de labores en la escuela especial Fructuoso Rodríguez, de Santa Clara, la máster Marisel Carpio Jiménez (también innovadora), quien nos hizo la traducción, conocimos que Dunierky cursó la licenciatura y se graduó en el Instituto Superior Pedagógico (en la actualidad Universidad Pedagógica) Félix Varela, de esa misma ciudad, y que hoy es maestra de ocho niños que acompaña desde el preescolar y están ya en el tercer grado.
Explicó que son medios de enseñanza para lograr la primera lengua del niño sordo, o sea, la Lengua de Señas Cubana (LSC), con el propósito de que puedan arribar sin dificultad a la segunda, que es el Español escrito. Los creó sobre la base de ejes temáticos, es decir, que reflejaran en conjunto animales, medios de transporte, componentes de la familia, frutas… Con ellos se favorece también el dominio del cálculo matemático.
Comenzó a utilizarlos en el primer grado. Por la importancia práctica que ha adquirido, los emplean actualmente en varias especialidades, como logopedia, psicopedagogía…, y los incorporaron al proceso docente maestros de otros grados y centros. La escuela Fructuoso Rodríguez es de “recurso y apoyo” en la provincia villaclareña, una especie de categoría docente que le permite preparar al personal que atiende a los infantes con necesidades educativas especiales donde quiera que se encuentren.
Pero, ¿cómo le surgió la idea?
Marisel le pregunta a través de la LSC y ella explica con signos que hace con sus dedos: “Porque tengo un niño sordo, de seis añitos, y yo quería prepararlo para cuando llegara a la escuela. Entonces comencé a recortar, a dibujar…, a crear los medios, y los hice, como le expliqué, por ejes temáticos, porque me era más fácil así.
“Utilicé esos mismos, como auxiliar pedagógica, con siete alumnos. Y me dije: tengo que seguir desarrollándolos. Busqué nuevas formas, nuevos ejes…, y aquí está el resultado”.
¿Por qué se inclinó por la enseñanza?, indago.
“Porque quiero ayudar a las personas que son sordas como yo, fundamentalmente a los pequeños, para que logren comunicarse y no vivan en un mundo de silencio total”.
¿Qué apreciación tienen las familias?
“Están muy motivadas, porque a ellas las preparo también para que la comunicación sea más completa en las casas, durante la realización de las tareas escolares, en la vida cotidiana…”
La licenciada Dunierky asegura que tiene la idea de ampliar el trabajo que presentó en la Exposición, pues siempre le surgen ideas nuevas.
Su mayor empeño es que los niños encuentren el lenguaje en el silencio.