Cualquiera de nosotros, en nuestros hogares o en el centro de trabajo, generamos una determinada cantidad de desechos que pueden ser reutilizados por la industria.
Es sabido que cuando un envase de cartón, un pomo plástico o una latica de refresco va al contenedor de la basura, la acción se traduce en dejar de ahorrar recursos que el país adquiere en el exterior, además de su repercusión negativa en el medio ambiente.
Aun cuando está vigente la Ley 1288 de enero de 1975, que establece responsabilidades y obligatoriedades de los organismos y dependencias estatales en la preservación, recolección, selección, acondicionamiento y empaque de los desechos, la recuperación de materias primas precisa adecuarse a la actualización de nuestro modelo económico.
Una vía para lograrlo es la puesta en marcha de la Política de Reciclaje aprobada por el Consejo de Ministros en diciembre del 2012 y que lleva a cabo el Ministerio de Industrias (MINDUS), encaminada en lo fundamental a aumentar los niveles de recuperación, clasificación, procesamiento y comercialización de los desechos con destino al mercado interno y a la exportación.
En los Lineamientos refrendados por el VI Congreso del Partido, específicamente el número 235, se plantea, además, promover la intensificación del reciclaje y el aumento del valor agregado de los productos recuperados, priorizando actividades de mayor impacto económico con menos recursos y su recapitalización, según las posibilidades de la economía.
De las tareas previstas en la concreción de ese programa se encuentra en proceso la propuesta de modificación de la Ley de Reciclaje, según expone el informe presentado por el MINDUS a la Asamblea Nacional del Poder Popular previo a su Séptimo Período Ordinario de Sesiones de la Octava Legislatura, efectuado en julio último.
De conjunto con el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), se elaboró la Estrategia para el tratamiento diferenciado a los desechos de alto impacto ambiental. Las acciones a acometer deben incluirse en los planes anuales de la economía, identificados en la primera prioridad los residuos sólidos urbanos, la chatarra electrónica, los neumáticos fuera de uso y el cierre del ciclo de plomo.
Hay avances -afirma el documento- en la identificación de socios potenciales para la gestión de los residuos sólidos urbanos, lo cual requiere un alto nivel de financiamiento para su materialización y se prevé ejecutar con inversión extranjera, con la perspectiva de inicio a partir del 2017 escalonadamente, al comenzar por la capital cubana y con alcance a todo el país.
La puesta en marcha de inversiones para el incremento de la recuperación y el procesamiento de desechos reciclables: módulo de desmantelamiento industrial para chatarra ferrosa, desguace de embarcaciones y planta de plásticos, entre otras, forma parte de los más recientes resultados a tono con esa Política.
También funcionan de manera experimental 15 Cooperativas no Agropecuarias de Reciclaje que en 3 años han recuperado 64 mil toneladas de desechos reciclables, creciendo en el orden del 5% anual.
No obstante, los principales problemas señalados por los especialistas están asociados, entre otros elementos, a la disminución del fondo metálico del país, el incumplimiento de la Ley 1288/75 por entidades estatales, lentitud en la aprobación de las bajas técnicas de los equipos e instalaciones en desuso, exigua recuperación de desechos generados en el ámbito doméstico e insuficiente logística para enfrentar la dispersión de las fuentes generadoras, bajo número de casas de compra de materias primas a la población e inestabilidad en su servicio.
El escaso conocimiento de la población sobre el reciclaje y su impacto económico, social y medioambiental conspira contra el propósito de llevar a planos superiores esa actividad.
La recuperación de materias primas es una forma sencilla de sustituir importaciones. De ahí la importancia de multiplicarla al fomentar al máximo una cultura por lo que significa para el país, incentivarla, ganar en comprensión, incentivarla, multiplicarla y así sumar a toda la sociedad.
Impulsar cuanto favorezca esa Política es una voluntad del MINDUS que deberá ir acompañada del quehacer empresarial y popular.