En abril del año pasado reflejamos una frase que había sido reiterada en encuentros con campesinos y cooperativistas: “En la ganadería falta voluntad”.
Y argumentábamos: “Voluntad para atender adecuadamente la masa; garantizar el alimento necesario en el período de sequía; favorecer la reproducción; facilitar los servicios que requieren los productores sin tanta disgregación; resolver los entuertos burocráticos intrínsecos en resoluciones, documentos normativos, directivas…, y también para ponerse de acuerdo —de una vez y para siempre— los factores vinculados al sector, en eliminar los aspectos que lejos de favorecer el avance, lo frenan”.
Los resultados eran más negativos que positivos, salvo rarísimas excepciones. Persistía el incumplimiento de los planes de acopio y entrega de leche; faltaba previsión en aras de afrontar las cada vez más extendidas etapas con escasas precipitaciones; no se priorizaba la valiosa inseminación artificial; morían muchos animales por desnutrición y falta de cuidado; se desatendía la reproducción, escaseaba el agua en los sitios donde pastaba el ganado, y los productores estaban insatisfechos por el pago de la leche que entregaban, lo cual originaba desmotivación en ellos.
Hoy, todo parece indicar, el panorama es algo diferente en varios aspectos, aunque aún persisten problemas que requieren de medidas oportunas y definitivas y sobre todo del empeño y también de la voluntad multiplicada de quienes están vinculados a la ganadería.
Dos publicaciones recientes, fechadas en provincias distantes una de la otra, reflejan destellos de recuperación que alientan la esperanza de que ese sector se fortalezca, deje atrás finalmente los achaques que han persistido y enrumbe por un camino de cumplimiento, eficacia y eficiencia.
En el territorio granmense, por ejemplo, se ha perfeccionado la aplicación de la inseminación artificial para aumentar la masa; recuperan las vaquerías típicas que dominaron el espectro geográfico de las zonas ganaderas hace muchos años, las áreas forrajeras y los talleres, y fortalecen la recría. También controlan más la reproducción, rescatan canales para garantizar el agua necesaria y capacitan a los especialistas.
Un material periodístico referido a los resultados de ese sector en la provincia de Cienfuegos, recuerda el notable incumplimiento del plan de entrega de leche correspondiente al pasado año y resalta que en lo que va del actual “la situación resulta totalmente diferente”.
En dos millones de litros acopiados se superaba el programa al cierre del primer semestre. Yoan Sarduy Alonso, delegado del Ministerio de la Agricultura en ese territorio, consideró que el resultado responde a “acciones implementadas”, como el respaldo en tecnología e insumos que el país ha podido destinar al sector. Influye además, el aumento del precio de compra de la leche a los productores, de 2.40 a 4,50 pesos por litro, lo que ha propiciado una elevación de las cantidades que se recolectan diariamente.
También resulta apreciable un mejoramiento de la masa, la siembra de más alimentos y una mejor utilización de los puntos de acopio de leche que entregan los campesinos, quienes aportan más del 80 % del total.
El directivo destacó además, un empleo más amplio y eficaz de la inseminación artificial, similar a lo sucede en Granma, gracias en buena medida a la importación y asignación del equipamiento tecnológico necesario, así como la compra de termos para completar las rutas de recogidas, la incorporación de 12 tractores y la importación de semillas de pastos con altos rendimientos agrícolas. Los productores cienfuegueros tienen garantizado más del 90 % de los insumos que requieren.
El propósito es que este año se acopien los más de 21 millones 500 mil litros de leche planificados. Posibilidades hay para ello, aseguran los ganaderos.
Esos “chispazos”, que deben estar presentes también en otros territorios, algunos incluso con mayor potencial que los mencionados, evidencian que el panorama caracterizado por los pésimos resultados puede ir cambiando de manera gradual, como tanto lo necesita la economía y específicamente la producción de alimentos, considerada cuestión de seguridad nacional.
Para poder tener una mejor visión de la importancia económica del asunto que abordamos, citemos solo los precios en el mercado internacional de la leche en polvo: 2 mil 394 dólares la tonelada de la descremada, y 2 mil 910 la entera, según los datos más reciente en nuestro poder.
Si la ganadería puede…, entonces debe.
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