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¿Cumplió Brasil con el rigor, la calidad y la organización que ameritan unos Juegos Olímpicos?

 

Tomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional

Joel García, enviado especial

Río de Janeiro.— Cerradas las cortinas de la primera cita olímpica celebrada en Sudamérica, nada mejor que conocer la valoración final de dirigentes y colegas sobre lo vivido durante 17 jornadas en una ciudad maravillosa por su entorno, pero sobre todo por su gente.

Tomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional: “Han sido Juegos icónicos e inolvidables. No fueron organizados dentro de una burbuja, sino en una ciudad donde hay brechas sociales y la vida común siguió su curso. Esto es un legado para todos los atletas sudamericanos y el mundo ahora sabe más sobre la cultura brasileña, su optimismo, alegría de vivir y retos”.

Carlos González Rego, periodista de la Agencia Cubana de Noticias: “Brasil cumplió con todo, al margen de algunos detalles lógicos para cualquier ciudad sede. Acogió unos Juegos de alto nivel, con los principales protagonistas derrochando coraje y amor por sus países. Eso quedó demostrado en cada uno de los excelentes escenarios deportivos construidos para esta fiesta. Río de Janeiro se ganó el derecho de ser el centro del mundo en el deporte por estos días”.

Lisset Ricardo Torres, periodista del semanario Jit: “Fueron unos Juegos que la población disfrutó mucho con su alegría y su buen humor. Después de los Panamericanos del 2007 merecían un certamen más grande y lo tuvieron. Muy buena la logística para el trabajo de la prensa, con conexión wifi hasta en los ómnibus, la transportación, la labor de los voluntarios. Quizás no fueran los mejores de la historia, pero fue bonito que Sudamérica organizara algo así, porque nos identificamos con eso todos los americanos”.

Carlos Coto Wong, periodista de la Agencia Prensa Latina:

“Pese a ser un país en un trance político de golpe de Estado, la impresión dejada es que han sido unos buenos Juegos. Al menos en las competencias todo estuvo muy bien organizado y en las salas de prensa la atención también fue eficiente, sobre todo del personal voluntario. Brasil cumplió con su rol de sede ciento por ciento, desde su geografía impresionante hasta su pueblo. Se pensaba que, comparada con otras sedes, no iba a poder hacerlo bien, pero lo logró”.

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