Total satisfacción siente Cristina Torres Hidalgo, tecnóloga en derivados de la harina, en la provincia de La Tunas, cuando en la calle ve a niños y a adultos degustando la galleta Vitamalta, resultado de su labor innovadora.
Con un aval de 38 años dedicados al aseguramiento de la calidad, refiere que si bien existían formularios para producir esa golosina, fue necesario hallar un nuevo procedimiento que sustituyera el empleo de algunos ingredientes. Al respecto mencionó la manteca importada por aceite vegetal elaborado en Santiago de Cuba y “en lugar de miel de abeja aplicamos una miel de azúcar similar por su calidad, además de incorporar ácido cítrico.
“Ya teníamos cómo obtenerla, hicimos pruebas, pero no contábamos con los medios idóneos para llevarla a escala industrial, lo cual no fue posible desde el 2014 mediante la puesta en marcha de una línea de tecnología italiana”, recordó.
En la recién celebrada Exposición 40 Aniversario de la Anir (Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores), Cristina presentó su iniciativa, por la cual se han interesado productores de la provincia de Ciego de Ávila –quienes ya tenían con algunos antecedentes en ese renglón– y de Guantánamo, según afirmó. Fácil de degustar, crujiente y de agradable sabor dulce, son cualidades que definen a las galletas Vitamalta. Se ofertan en la red de mercados Ideal de la provincia. “Los consumidores la esperan y se vende rápido. A la semana producimos unas 6 toneladas”, señala Cristina y agrega que tal cantidad no cubre la demanda.
Lograr un renglón de calidad al cumplir rigurosamente lo indicado por la carta tecnológica es un “secreto” que hace posible la satisfacción de Cristina, lo cual se multiplica al saber que la población aprecia la gustada golosina.
