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Sergio y Nivaldo, «rompecorazones» en Río de Janeiro

 

La pareja cubana de Sergio y Nivaldo regaló un quinto lugar olímpico histórico. Foto: Ricardo López Hevia

 

Río de Janeiro.- La pareja cubana de voleibol de playa, Sergio González- Nivaldo Díaz, infartó a más de un cubano en su camino a la semifinal olímpica, de ahí que su derrota y quinto lugar final lejos de ser una despedida constituye un punto de partida para levantarles un pedestal como una de las gratas noticias de nuestra delegación aquí.

Los antillanos enfrentaron al binomio ruso Konstantin Semenov -Viacheslav Krasilnikov en la primera hora de la madrugada de este 16 de agosto y cada uno de los parciales 22-20, 24-22 y 18-16 reservaron emociones al punto de decidirse todo en las postrimerías.

Tras un primer set muy parejo y que tuvo un empate dramático en la pizarra a 19 puntos, los europeos decidieron el parcial gracias a una defensa increíble que supo levantar balones cuando hizo falta, en tanto los nuestros no lograron concretar con remates fuera de los límites del joven Nivaldo, quien se vio más presionado que en las otras tres presentaciones.

Para alargar el partido al tercer parcial la reacción antillana acabó con los nervios de muchos, pues perdían 19-16 y a través de oportunos bloqueos y fuertes ataques lograron un éxito que hizo soñar a más de un cubano con el pase entre los cuatro grandes del voli de playa olímpico.

El tiek break volvió a mostrar las virtudes ofensivas de Sergio y Nivaldo, quienes llegaron a estar a dos puntos de la sonrisa (13-10), pero les falló ese extra final que se necesita para estas lides, sobre todo a partir de varios errores continuados, propios de la tensión tan grande que tenían.

“Nosotros sentimos que nos esforzamos al máximo, siempre luchamos, nunca nos detuvimos, incluso en el segundo set, cuando estábamos debajo. El tercer parcial pudimos haberlo ganado, pero así es el deporte, no sucedió”, comentó apesadumbrado el capitán Sergio González.

“Estos partidos van a ser estudiados muy detalladamente porque hemos caído con jugadores de talla excepcional, entre lo mejor del mundo en voli de playa”, explicó para acto seguido asegurar que “en Cuba sí hay materia prima para lograr grandes cosas en este deporte”.

Sobre el apoyo constante del público brasileño a los cubanos, la pareja valoró que fue un factor importante. “Lo agradecemos mucho porque nos ganamos a la afición, que nos hacía sentir como en casa. Y ese público es exigente y conoce de voleibol”, apuntó Nivaldo, el más joven de la dupla.

Ambos lamentaron que quizás mucha gente en Cuba lloró por este resultado como ellos lo hicimos aquí. “Sin embargo, siento que después de este quinto lugar va a ver una renacer grande del voli de playa en Cuba, con la posibilidad de incursionar en el circuito mundial el próximo año”, acotó Sergio.

Cualquier comentario final sobre este binomio no puede pasar por alto calificativos de sorprendente e histórica esta actuación, por manida que resulte la frase, pues no solo superaron el séptimo lugar alcanzado por Francisco Álvarez Cutiño- Juan Rosel Milánes en Atlanta 1996, sino que hicieron “romper corazones” como diría un narrador amigo a todo un pueblo esta madrugada.

 

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