Río de Janeiro.- Todas las judocas son guapas por naturaleza, que significa salir a darlo todo sobre el tatami en los cuatro minutos de combate, pero en la penúltima jornada del judo olímpico, la cubana Yalennis Castillo (78 kg) sacó el extra del honor con un quinto lugar que muchos recordaremos como la despedida oficial de su carrera deportiva.
A partir de un sorteo bien complicado, la subtitular de la cita cuatrienal de Beijing 2008 abrió nada menos que frente a la holandesa Marhinde Verkerk, triple medallista del orbe, con quien celebró el combate más largo de esta cita, decidido por una penalización a la europea cuando el reloj marcaba los 6:57 minutos de la regla de oro.
“Tenía una molestia en el hombro, pero eso no impidió nada. Desde la primera pelea salí a darlo todo, aunque terminé lastimada del codo y del hombro. Nunca antes había peleado con ella y dimos un gran espectáculo”, comentó la holguinera, quien tiene suerte para este tipo de decisiones en Juegos Olímpicos, porque en la capital china hace ocho años enfrentó también tiempo extra en la final.
Luego sobrevendría una controvertida decisión en cuartos de final contra la eslovena Anamari Velensek, vencedora de la antillana a partir de una técnica de inmovilización al brazo izquierdo, lo cual fue negado inicialmente por Castillo, pero la repetición de video dio la razón al árbitro principal.
Todo quedó listo para el repechage vespertino por el bronce ante otra rival bien laureada como la húngara Abigel Joo, a quien le marcó técnica de yuko antes de finalizar el segundo minuto, aunque lo más importante es que volvió a ser la Yalennis guapa, corajuda y con más corazón que recursos técnicos, tres armas suficientes para asegurar el quinto puesto.
“La húngara es una atleta incómoda, que tiene una postura bastante difícil para mí pero hice lo que el profesor Padrón me había indicado, trabajar al contrataque. Y eso lo cumplí a la perfección, de ahí pude marcar la técnica. Luego solo intenté mantener la ventaja”, explicó la holguinera.
A solo cuatro minutos de alcanzar el bronce, la brasileña Mayra Aguilar se le volvió a atravesar a la cubana al dominarla por un calro yuko marcado en el primer minuto de la pelea. “Ella y yo nos conocemos bien, las dos tenemos nivel competitivo y sabemos los errores de cada una para poder ganar. Su estrategia fue agarrarme los kumis y no dejar que cogiera arriba”, reconoció llorando Castillo.
Un poco más calmada y satisfecha por haber dejado una imagen positiva en Río, accedió a responder qué pasaría con ella tras su llegada a La Habana. “Quiero retirarme, lo otro sería engañar al pueblo y a quienes me siguen. Fueron tres años entrenando para esto, pero ya terminó”.
“Quería esa medalla porque era la segunda para mi a este nivel y quería premiarme todo el sacrificio que he pasado en estos tres últimos años entre la niña, el entrenamiento y las lesiones”, comentó la madre de Camila y esposa de otro gran deportista, el receptor de los equipos Industriales y Cuba, Frank Camilo Morejón.
“Tengo que agradecerle a él, a mi familia, a los médicos y a todos los que me estuvieron apoyando hoy mandando mensajes”, dijo la segunda judoca que concluye quinta en estos Juegos, pues el primer día lo había conseguido Dayaris Mestre (48 kg).
En la sesión matutina de esta penúltima jornada del judo olímpico, José Armenteros (90 kg) no pudo avanzar más allá del segundo enfrentamiento, al caer por yuko contra el egipcio Ramadan Darwish. En su primera salida había eliminado por esa misma diferencia al mongol Tuvshinbayar Naidan.
Este viernes concluye el torneo de judo en la Arena Carioca 2, con las divisiones de (+78 kg) y (+100 kg), en las que Cuba estará representada por Idalis Ortiz y Alex García, respectivamente.
