El cubano José Armenteros cayó en su segunda presentación en Río de Janeiro, ante un rival de menos palmarés en la arena internacional.
El cienfueguero, subcampeón mundial en el 2014, y con un trayectoria brillante en las categorías precedentes, no pudo con el egipcio Ramadan Darwish, a quien derrotó semanas atrás en el Máster de Guadalajara.
Yalennis Castillo (78 kg), por su parte, fue derrotada por Anamari Velpsek apenas comenzó el pleito, a partir de que el árbitro interpretó que la holguinera tocó el colchón, en señal de detener el combate, luego de una técnica de luxación aplicada por la eslovena.
Castillo no tuvo prácticamente tiempo de recuperación, luego de vencer a la holandesa Marhinde Verker, en duelo que se prolongó por casi 12 minutos.
Los Juegos Olímpicos constituyen el máximo evento para los deportistas de todo el mundo. Esa, y no otra, es la prioridad a lo largo de cuatro años, que se ve coronada ascendiendo al podio de premiaciones bajo los cinco aros.
En ocasiones apreciamos, no solo en el caso de los cubanos, cierto exceso de confianza si al rival que enfrentamos en el organigrama lo vencimos con antelación. Más allá de esta consideración, lo cierto es que hasta ahora ha sido imposible para los judocas antillanos colarse en el cuadro de medallas.
Esa posibilidad se mantiene latente esta jornada con la presencia de Castillo en el repechaje por el bronce.