Río de Janeiro.— Si algo acapara la atención todavía en medio de los Juegos es el fantasma del dopaje, con especial acento en la delegación rusa, a la cual se le privó de competir en varias disciplinas. Sobre esto lanzamos nuestra pregunta y estas fueron las opiniones de especialistas y federativos.
Roberto Ramírez, director de prensa del INDER: Lo primero es que cualquier dopado, no importa su país, debe ser castigado. El cuestionamiento estaría dirigido al momento y los matices de todo este proceso, casi a las puertas de los Juegos Olímpicos y generador de incertidumbres, intentos de prohibiciones para atletas limpios, etcétera. En cuanto a Rusia lo más agresivo parece el enfoque destinado a vincular ese fenómeno, claramente existente, con una concepción de Estado, lo que permite pensar en la intención de utilizar el deporte como instrumento de presión geopolítica y distorsionar la imagen de ese país y su pueblo en general.
Héctor Miranda, periodista de la Agencia Prensa Latina: Existe dopaje, no cabe dudas, pero hay un trasfondo político detrás con la intención de quitarle méritos a Rusia como potencia deportiva y hacer ver que todo lo conseguido por ella ha sido a base de engaños y trampas. Escándalos de dopaje hubo siempre en numerosos países, en algunos tan escandalosos que los cimientos del deporte temblaron, como ocurrió en las Grandes Ligas de Estados Unidos. Lo peor es que muchos se suman a la campaña contra Rusia solo por servirles a otros. ¡Y eso da lástima!
Marius Vizer, titular de la Federación Internacional de Judo:
El deporte debe permanecer limpio y tiende un puente de solidaridad, unidad y amistad entre las naciones que no se debe mezclar con la política, porque no es correcto. Esta crisis puede compararse con el llamado período de la Guerra Fría.
Oscar Sánchez, periodista del diario Granma: El dopaje, venga de donde venga, es denigrante y ha de combatirse. El caso ruso es un boom mediático. Le han dado doble clic al tema. Aún están frescos en la memoria el caso de los laboratorios Balco, la comercialización de eritropoyetina y las muertes por este flagelo. Todo eso ha ocurrido y nunca se sancionó a un país ni a federaciones deportivas. Es muy sintomático que lo hagan ahora, pero no puedo afirmar que sea para desacreditar a Rusia. El Comité Olímpico Internacional actuó con sabiduría, poniendo la responsabilidad donde va para tomar decisiones.
