“Empezó la fiesta”, aquella canción de la orquesta Los Van Van, el Tren de la Música Cubana, que nos hiciera bailar en los años 90 de la pasada centuria, refleja con exactitud el sentimiento que se apoderó de buena parte de la afición, luego de que se escuchara en la tarde de este domingo la voz de play ball en siete estadios del país.
Aun coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, la apertura de la Serie Nacional 56, es un hecho que levanta enormes expectativas, por representar la pelota una de las grandes pasiones en la Mayor de las Antillas, formando parte inseparable de nuestro imaginario nacional.
Dicho sentimiento, capaz de generar amores a toda prueba y odios desenfrenados en torno a los elencos de simpatía de cada cual, se fue cultivando desde que a mediados de la década de los 60 del siglo XIX los hermanos Nemesio y Ernesto Guilló, introdujeran su práctica (luego de cursar estudios en un colegio de Alabama), incluso cuando esta disciplina apenas era conocida en Estados Unidos.
Desde entonces, de una u otra manera, los cubanos hemos sido precursores, en múltiples sentidos, del fomento del béisbol en diferentes latitudes.
Un momento especial dentro de la rica historia que atesoramos, fue la inauguración por el Comandante en Jefe Fidel Castro el 14 de enero de 1962 de las Series Nacionales, piedra angular de los éxitos conseguidos en la arena internacional, y evento que debemos continuar perfeccionado, en su condición de espectáculo sociocultural de hondo significado para los cubanos.
Retomando el inicio de la presente campaña solo no pudo desarrollarse el desafío, a causa de la lluvia, entre el monarca vigente Ciego de Ávila y la escuadra de Santi Spiritus.
En el Capitán San Luis vueltabajero, Matanzas derrotó 6×1 a Pinar del Río, mientras que en el Cristóbal Labra de la Isla de la Juventud, Artemisa superó a los locales 4×1, al tiempo que en el Mártires de Barbados de Bayamo, los anfitriones doblegaron a Holguín, 3×2; lo mismo que los guantanameros, en su casa del Van Troy, a Santiago de Cuba, 10×2.
En el Latinoamericano, el 5 de Septiembre de Cienfuegos, y el Cándido González de Camagüey, se produjeron las primeras lechadas de la contienda, con las victorias de Industriales 5×0 ante Mayabeque; los villaclareños ante los cienfuegueros, 10×0 y los agramontinos frente a Las Tunas, con idéntico marcador, en ambos casos en siete episodios.
La jornada comenzó con la excelente noticia del triunfo de nuestro equipo sub-15 en la Copa Mundial de la categoría, celebrada desde el 29 de julio en Japón. Los peloteritos, dirigidos por el avileño Gerty Damián Febles Almanza, superaron a la escuadra nipona 9×4, con soberbia actuación monticular de Liván Chaviano, a quien solo le conectaron 5 inatrapables, con una carrera sucia, en 7 entradas y un tercio de labor.
Desde el rectángulo de bateo se destacaron de principio a fin de la justa Malcom Núnez, Loidel Chapellí, Darién Castillo, Víctor Mesa y Darían Palma. Entre los lanzadores descollaron además Edgar Martínez, Osiel Rodríguez, Harvin Castellanos y Franny Cobos. En lo colectivo se bateó para 349, mientras que los serpentineros tuvieron efectividad de 2, 54 de PCL. A la defensa se compiló 988.
Con el éxito en el Iwaki Green Stadium, Cuba retuvo la corona alcanzada en el 2014 en Sinaloa, México, al aventajar a Estados Unidos en el choque conclusivo 6×3.