Río de Janeiro.- Espontánea, confiada y con deseos de revertir su primera experiencia en Juegos Olímpicos, se mostró este jueves la campeona de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, Dayaris Mestre, nuestra judoca proa en esta cita cuatrienal, pues debutará el sábado 6 de agosto en el tatami de la Arena Carioca 2.
“No soy la misma a la de hace cuatro años, he ganado en fuerza, mantengo mi rapidez y con todas mis contrarias he ganado y perdido. Además, estoy muy bien preparada psicológicamente”, comentó nuestra representante de los 48 kilogramos y quien pudiera darle a la delegación cubana la primera presea en esta justa.
“Siempre me toca abrir en todas competencias, así fue en los Centroamericanos y del Caribe de Veracruz y en los Panamericanos de Toronto. No me toma de sorpresa esta responsabilidad. Para eso también uno se entrena”, contestó con naturalidad la espirituana tras su segunda jornada de entrenamiento en esta ciudad.
Con anterioridad, ella junto a otras tres muchachas cumplió una rigurosa base de entrenamiento en México, Japón y en la ciudad carioca de Salvador de Bahía, en las cuales pudieron realizar muchos randoris, imprescindibles para adquirir la forma deportiva actual.
“Tenía muchos deseos de entrar a la Villa para sentirme en ambiente olímpico. Hay muy buenas condiciones aquí y pronto ya estará el equipo completo aquí”, expresó Dayaris, que tendrá dos rivales enconadas, pero muy conocidas en sus aspiraciones al podio: la argentina Paula Pareto, campeona mundial vigente, y la brasileña Sarah Meneses, titular olímpica en Londres.
“Ellas son las más exigentes, pero las 16 primeras del ranking en la división tenemos opciones porque el nivel está bien parejo. Se me hace más incómoda la Pareto por su postura y porque es incansable, aunque Sarah me ganó este año dos veces en La Habana”, apuntó.
Precisada a conversar sobre un posible duelo con la brasileña mostró confianza en que “no es una atleta invencible y puedo ganarle, aunque esté en su casa y con su afición”, comentó.
Con su habitual sonrisa y en espera de un sábado especial para su carrera deportiva, la judoca más liviana de nuestra selección nacional lanzó un último vaticinio. “Los Juegos Olímpicos no son un Gran Prix ni cualquier torneo internacional. No todo el mundo está preparado psicológicamente para enfrentar este reto y nosotras lo estamos”.