La modernización integral de la Empresa Siderúrgica José Martí (Antillana de Acero) marca una pauta para el avance y sostenibilidad cuantitativa y cualitativa de la producción de laminados en correspondencia con las necesidades de sectores estratégicos y el programa de construcción de viviendas.
Lo anterior significa transitar por varias etapas hasta alcanzar las 420 mil toneladas de metal líquido para el año 2020 y respaldar así los incrementos proyectados en relación con las ventas que se demandan en barras, perfiles y alambrón, tanto para el mercado interno como la exportación.
La técnica montada es atrasada, con muchos años de explotación, por lo que el flujo productivo no es estable ni eficiente; necesitamos producir con estabilidad, eficiencia, bajos costos y calidad competitiva en un mundo globalizado como el actual, plantea Gerardo Cárdenas, jefe del Grupo Técnico de Inversiones en la gigantesca instalación del municipio capitalino del Cotorro.
El proceso inversionista comenzó en el año 2013 con los trabajos preinversión y su etapa constructiva data del 2014. La continuidad del programa está asociada al otorgamiento de un crédito por el Gobierno de la Federación Rusa y abarca todas las ramas de la empresa, desde el corazón —la Acería Eléctrica—, sus edificaciones, la subestación que alimenta al horno de arco eléctrico, una planta para calcinación de la piedra caliza y una nueva depuradora de gases, refiere Cárdenas.
También incluye los talleres de laminación, encargados de producir las barras corrugadas (cabillas), las grúas presentes en casi todas las actividades de la industria, los servicios energéticos, transporte y laboratorios, entre otros.
Ya culminó el montaje de una nueva grúa de 140 toneladas de capacidad de izaje, muy necesaria para la estabilidad y continuidad del flujo de producción de la acería. Próximas a concluir están, además, la torre de enfriamiento y el horno cuchara. “Una parte de los agregados de la modernización y completamiento de la subestación se encuentra en funcionamiento con buenos resultados”, señaló el especialista.
La calificación y recalificación del personal que tendrá la responsabilidad de poner en práctica nuevos principios y conceptos de la industria moderna, es un eslabón determinante. Según informó Jacinta Hernández López, directora de capital humano en Antillana de Acero, en la Universidad Técnica Estatal de Magnitogorsk, Rusia, se llevó a cabo la preparación de un primer grupo de 15 trabajadores seleccionados entre cuadros, ingenieros, técnicos y obreros especializados para poner en marcha y explotar el nuevo complejo industrial y de esta forma transferir sus conocimientos a otros 200 trabajadores.
Fueron temas cardinales del aprendizaje que abarcó de enero a abril último el proceso de fundición de acero con horno eléctrico y máquina de colada continua, de laminado de productos largos, mantenimiento y reparación en la rama siderúrgica.