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El coreógrafo cubano-estadounidense Pedro Ruiz lleva ya algún tiempo trabajando con el Ballet Contemporáneo Endedans. Una y otra vez viaja a Camagüey a impartir clases, a tomar ensayos y a montar nuevas coreografías.
Nadie piense que es cuestión de coser y cantar: Endedans, agrupación fundada por Tania Vergara y dirigida actualmente por Yailín Ortiz, comparte los mismos desafíos de otras compañías enclavadas lejos de La Habana: hacer danza fuera de los circuitos principales puede llegar a ser una heroicidad.
Si en la capital el éxodo de bailarines es notable, imagínense en provincias.
La labor de Ruiz, no obstante, hace rato que ha cosechado frutos. Probablemente estén por debajo de las pretensiones del coreógrafo y los bailarines, pero nadie puede decir que Endedans sea una compañía que no baile y que no estrene.
La más reciente gira de la agrupación los llevó a Santa Clara y a Holguín, plazas fuertes de la danza cubana, con programas integrados básicamente por creaciones de Pedro.
Primero que todo habría que aplaudir el esfuerzo de un elenco renovado en buena medida, aunque en la concreción escénica de las obras hubo ciertos desniveles.
Si la compañía lució sólida en Retrato en tus ojos y Medianoche, el estreno en Cuba de Guajira, quizás la pieza más renombrada de Ruiz no estuvo a la altura. Es una coreografía de decidido lirismo, de metáforas hermosas que evocan un ambiente campestre, romántico, si se quiere idílico… pero recreando con fuerza el vínculo del hombre con su tierra.
Estructurado en varios cuadros hasta cierto punto autónomos, exige de los bailarines una suficiencia técnica, un acento enfático, un sentido de la homogeneidad que no todo el elenco pudo sostener. Fuera de duda está la competencia de los principales solistas, pero el cuerpo de baile tiene que seguir trabajando.
Mucho mejor logradas estuvieron las demás propuestas, particularmente Retrato en tus ojos y Medianoche. Ya hemos reseñado en este periódico estas coreografías, en las que Ruiz rinde homenaje al gran musical americano. Endedans las interpreta teniendo en cuenta los matices interpretativos, con gracia y desenfado, con noción de grupo.
El público recibió muy bien el dúo Abrazo perdurable, interpretado por los bailarines Jesús Arias y Armando Gómez. Con esa pieza, por cierto, la compañía participó recientemente en el Fire Island Dance Festival, de los Estados Unidos.
Endedans apuesta por un camino no del todo explorado en Cuba: aprovechar la base académica de la danza clásica para recrear entramados mucho más contemporáneos. La formación de sus integrantes (casi todos son graduados de ballet) les permite asumir un espectro amplísimo.
Más allá de las temporadas hay un trabajo cotidiano en los salones de ensayo. Los retos no faltan, esperemos que los deseos tampoco.
