«Bajo el gobierno del Frente Sandinista y dirección del comandante Daniel Ortega, Nicaragua hoy es una patria libre, soberana e independiente, pacífica, antiimperialista, y que además ha logrado importantes éxitos sociales y económicos», expresó Díaz-Canel en declaraciones a la prensa en el aeropuerto de Managua.
El primer vicepresidente cubano también manifestó sentirse muy feliz de estar en Nicaragua celebrando junto a su pueblo y el Gobierno estos 37 años de Revolución y de victorias.
Por otra parte, subrayó que a Nicaragua y a Cuba las unen fuertes lazos históricos de hermandad y cooperación y destacó que Ortega ha sido una figura clave en la historia de la nación centroamericana.
«Ha sido leal con el legado del Frente Sandinista, y creo que cada vez que se celebra una victoria de la Revolución Sandinista, con el Gobierno Sandinista al frente, y con Daniel encabezando ese gobierno también estamos haciendo un homenaje a toda la historia de Sandino, a Carlos Fonseca y a todos los que lucharon por la independencia de Nicaragua», puntualizó.
Díaz-Canel lidera una delegación compuesta además por la viceministra de Relaciones Exteriores Ana Teresita González y el embajador de La Habana aquí, Eduardo Martínez.
Al país también llegaron representaciones de Colombia, Chile, México, Honduras, Guatemala, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Vietnam y Venezuela, entre otras.
Los festejos comenzarán este martes desde horas tempranas y tendrán su clímax en la tarde con el acto central, encabezado por Ortega y la coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, Rosario Murillo.
Pantallas gigantes, banderas rojinegras del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y azul y blanca del pabellón nacional, junto con los lumínicos Arboles de la Vida sobresalen en el paisaje de la ciudad.
Para muchos la concurrencia que se espera será un claro mensaje de apoyo al presidente en las próximas elecciones, por la restitución de derechos sociales, políticos, económicos y culturales que lleva a cabo desde el gobierno.
El 19 de julio de 1979 el FSLN puso fin a la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, el último de esa familia que ocupó el poder, y desde entonces emprendió una serie de cambios trascendentales en el país
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