Buena parte de los trabajadores santiagueros que se acogen a la Resolución 6 (R/6) la han recibido con mejores ánimos que a su antecesora, la llevada y traída 17.
Las adecuaciones hechas a las disposiciones de esta última propician más tino en la aplicación de las formas y sistemas de pago, no obstante aún hay trecho por recorrer para poder asegurar plena satisfacción con su materialización.
“Uno de los problemas es que falta información en la base, considera Yamilé Sierra Hidalgo, miembro del secretariado provincial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Santiago de Cuba, hay que explicarla más, casi desmenuzarla para que cada afiliado comprenda cómo se forma y distribuye el salario.
“Eso le corresponde a los directivos y en especial a los de las áreas contables y de recursos humanos, pero el Sindicato no puede estar ajeno a ese proceso, todo lo contrario, es parte fundamental y deviene impulsor principal de la capacitación, del diálogo, que no puede reducirse a un día y ya, necesariamente tiene que formar parte de la agenda cotidiana de la organización, mucho más en estos tiempos en que es imprescindible reducir gastos materiales y explotar las reservas de eficiencia y ahorro de cada entidad”.
Harina de otro costal
En la Unidad Económica de Base (UEB) Cereales Frank País García el bolsillo anda contento, estimulado por un salario medio que ronda los mil 300 pesos, además de otras mejoras, en espacial en las condiciones laborales, todo lo cual tributa a un ambiente propicio para asumir el encargo que le corresponde en el suministro de harina y otros productos no solo al territorio santiaguero sino a varias provincias orientales.
La aplicación de la R/6 estuvo antecedida de un intencionado período de capacitación, “casi una alfabetización en la materia”, a decir de Angelina Hernández Pupo, secretaria general del buró sindical.
Tiza y pizarrón en mano Israel Silva Aguilar, especialista principal de recursos humanos, anduvo área por área y codo a codo con los dirigentes sindicales, dando los detalles necesarios para una cabal comprensión del citado cuerpo legal.
“El resultado es que ningún trabajador viene a reclamarnos cuestiones vinculadas con el pago”, asegura Israel y lo refrenda Zucel Castillo Figueroa, jefa de brigada del establecimiento de harina destinada al mercado interno en divisa.
“Hay murales en varios puntos del centro y se actualiza la marcha del plan, la gente lo lleva a punta de lápiz porque sabe que la formación y distribución del salario depende del aporte individual y además de la sumatoria del que realizan los 430 trabajadores que conformamos este colectivo”.
Aún cuando en determinados momentos de este 2016 hubo problemas tecnológicos y con la disponibilidad de la materia prima que tributaron al cumplimiento del plan, no se afectó el pago por resultados.
Rodolfo Lores Martín y Eduardo Campos Oviedo, del establecimiento de trigo, aseguran que tiempo atrás eso era impensable, “incluso a veces la UEB cumplía sus planes y no cobrábamos como debía ser”, dice Lores Martín, y “sin lugar a dudas, enfatiza Campos Oviedo, se puede afirmar que la 6 supera a la anterior”.
A juicio de Waldis González Peinado, director de la unidad básica santiaguera, la esencia radica en reducir gastos para que no se alteren los indicadores establecidos, una acción que tributa a la eficiencia y que no siempre se materializa en todos los lugares por igual.
De cal y de arena
Con gastos que superan lo previsto en este 2016 — un millón 191 mil, 8 pesos por encima— la Empresa Provincial de Producción de Materiales de la Construcción (EPROMAC) ha tratado de maniobrar y salir airosa en la misión de fabricar 43 renglones de alta demanda, los cuales se cumplen sin mayores contratiempos con excepción de los ladrillos que barro que no totalizan los volúmenes pactados.
En lo que va de año una subida de los gastos materiales y los servicios comprados, además de un incremento en el promedio de trabajadores hace que el salario medio se ubique al cierre de junio en los 711 pesos, 15 por debajo del real totalizado en 2015, aunque superior a lo previsto (706).
“Estamos inmersos en el montaje y puesta en marcha de equipos que nos han llegado como resultado de la colaboración internacional, esboza Carlos Manuel Peinado Ferrer, especialista en desarrollo tecnológico de EMPROMAC, y como resultado hemos tenido que adquirir moldes para prensas hidráulicas, tableros para bloques y mosaicos, todo a altos precios.
“A eso hay que sumarle el alquiler de equipos, la compra de madera para quemar productos de cerámica, entre otras cuestiones, pero en lo fundamental hemos dialogado con nuestros trabajadores acerca del costo/beneficio de esta mejora tecnológica, la cual no solo tributa al posterior incremento productivo sino a humanizar más la labor”.
Esto último se hace tangible en el establecimiento La Campana, especializado en la fabricación de elementos de piso, aunque en los últimos tiempos, y en busca de diversificar surtidos e incrementar salario, incursionan en la producción de bloques y tanques de fibrocemento.
Sin dejar de verter en el molde las mezclas necesarias para conformar un mosaico Rafael Martínez Reveau dialoga en torno a las mejoras de que ahora, con sus 63 años acuesta y su condición de fundador de EMPROMAC, disfruta.
“Antes era terrible, había que hacer tremenda fuerza halando una soga para prensar el molde, y solo recibíamos 0.11 centavos por cada mosaico, ahora tenemos prensa hidráulica y nos subieron el valor del producto a 0.20, y ahí vamos, con unos pesitos más en el bolsillo, aunque pueden aumentar si se ajustan algunas cuestiones.
“Por ejemplo, pagar más por mosaico, dice el joven Yorlandis Brooks Mora, aquí hay algunos que se han ido para el sector por cuenta propia por eso, pero bueno, en lo que se discute ese tema vamos ´palante con la 6 y en dependencia del esfuerzo que se hace se ingresa, yo he llegado a los mil pesos”.
Si bien en los establecimientos de EMPROMAC, dislocados por los nueve municipios de la provincia, la R/6 se dio a conocer oportunamente, la subdirectora de recursos humanos, Valentina Calzado, reconoce que aún son necesarias más acciones de capacitación al respecto, cuestión que reconoce como válida Ismael Torres Trutié, técnico de producción y secretario general de La Campana.
“Hay que conocerla bien para aplicarla como está establecida y que de verdad sea un estímulo para trabajar como hace falta y también para tener un salario como el que hace falta”.