Raúl Abreu Martín, estudiante de Periodismo.
Ya sabemos el campeón. No fue el más pronosticado ni el más deseado, pero la eficacia de su estilo de juego le hizo coronarse con sufrimiento hasta el minuto 120 de una final verdaderamente emocionante. Pero, como en todo gran torneo, hay otras historias sorprendentes más allá del ganador y la EURO no fue la excepción.
El triunfo de Portugal, los islandeses, la derrota de España, la genialidad de Griezmann, el liderazgo de Gareth Bale, la vieja Italia del catenaccio, los sueños rotos de ingleses y belgas; fueron los temas más recurrentes de debate entre seguidores y especialistas.
Los lusos lograron el trofeo de manera inesperada. Tres empates en primera ronda, dos prórrogas en la fase eliminatoria, solo ganaron un partido en 90 minutos (frente a Gales 2-0) y supieron sobreponerse a la lesión de Cristiano Ronaldo en la final para superar a una Francia que no se pareció en nada a lo que había sido durante el torneo.
La hazaña de Islandia acaparó noticias y comentarios de los aficionados. No fue raro escuchar un “si mi equipo pierde, le voy a Islandia”. Segundos del grupo que supuestamente dominarían Austria y Portugal y sorprendentes en octavos frente a Inglaterra.
Los nórdicos se ubicaron en el planeta fútbol como un país con magia: el ritual de despedida con los aficionados tras la derrota frente a los locales fue una de las imágenes más emotivas de la EURO. El presidente vivió el partido en las gradas y, en Reikiavik, su capital, fueron recibidos como héroes nacionales.
Gales generaba sensaciones divididas. Habían logrado llegar por primera vez a una Eurocopa, pero no parecían tener suficientes armas para posicionarse en la élite continental. Gareth Bale fue el líder perfecto de un equipo que se sostuvo en el trabajo de Ramsey y Allen en zona media y en la seguridad defensiva.
Lograron colocarse entre los cuatro mejores tras sepultar a Belgica con un rotundo 3-1. Otra de las sorpresas, que muestra que si las estrellas ponen su talento al servicio del equipo y no de los récords, pueden lograrse resultados como éste.
Por Italia apostaba poca gente. Eran el grupo con mayor edad promedio del torneo y no tenían un Pirlo para liderar en el mediocampo. Los obreros dirigidos por Conte defendían con sobriedad atrás y eran rapidísimos en ataque.
El trío defensivo era la base de esta selección que encontró en la contra un método de ataque eficaz para vencer a España y forzar a Alemania a una definición de penales tras un partido intenso que le terminó pasando factura a la campeona del mundo frente a Francia.
Un mes de fútbol y de sorpresas ha llegado a su fin con protagonistas inesperados, goles increíbles, gambetas inimaginables, con la alegría de haber visto un buen torneo y la tristeza de tener que esperar hasta 2018 para ver a estas selecciones luchar por el trofeo más grande: la Copa del Mundo