Por Marcial Cabrera Gallo
Soy fiel lector de su sección y deseo reflexionar sobre una indicación que surgió en las oficinas de atención a la población del Ministerio del Interior y se ha extendido a otras: la prohibición de entrar en camiseta, short y chancletas.
Aclaro que estoy de acuerdo en que cada organismo o institución norme horarios y condiciones internas. Lo que incomoda son las contradicciones que genera la citada orientación.
Me refiero a las oficinas de atención a la población que trabajan en horario diurno, la mayoría sin climatización, y en las cuales no debe ser necesario usar una vestimenta de etiqueta como es el caso de centros nocturnos, restaurantes de lujo, etcétera.
Otro aspecto es que solo en algunas está clara la diferencia entre camiseta, short y chancletas, y desmangada, pantaloneta y sandalias. Vivimos en un país tropical y el uso de estas últimas prendas es un paliativo al calor, sin ofender las buenas costumbres.
Lo que más molesta es que la medida solo se aplica a los hombres. ¿Acaso ambos sexos no poseemos los mismos derechos civiles o el hombre tiene que ser más recatado? ¿Cuál es la diferencia?
Ante estas mismas preguntas, el personal de las referidas instituciones no ha podido responderme, solo he recibido sonrisas, subidas de cejas, encogidas de hombros y un sinfín de gestos que solo pueden significar que la orientación viene de “arriba” y no hay nada más de qué hablar.
Hay que tomar partido. La medida es para ambos sexos o los carteles que prohíben la entrada en camiseta, short y chancletas deben especificar que solo se impone a los hombres.
Adjunto dos fotos tomadas en el Banco de 100 y Boyeros el sábado 11 de junio, la primera con el cartel orientativo y la otra, donde aparece una joven en camiseta, short muy corto y chancletas, a la cual no le negaron la entrada.
Espero sea atendido mi correo en busca de una solución que contribuya de alguna manera a hacer la vida más fácil y placentera a los ciudadanos, en medio de tantas dificultades objetivas.