Para toda cita multideportiva, los aficionados exigen una orientación, un vaticinio, el tan cacareado pronóstico de preseas y títulos posibles de alcanzar. Despojarse de triunfalismo, analizar con precisión cada uno de los rivales y lograr una alta eficiencia cuando se llegue a finales (de dos, seis, ocho o directas) parece ser decisivo para la ubicación final de Cuba en los XXXI Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
El comportamiento histórico, los resultados mundiales en el actual ciclo (2013-2016), la preparación conclusiva y las motivaciones grupales e individuales son también variables nada despreciables para este ejercicio de predicción, en el cual cruzaremos información con otras publicaciones especializadas del orbe que realizan similar acto arriesgado, pero siempre tentador.
De campeones y podios
Mucho se ha insistido en que la ubicación de una nación en la tabla de medallas no es el propósito del Comité Olímpico Internacional con estas lides cuatrienales. Sin embargo, las empresas mediáticas se encargan de hacerlo y tanto se ha arraigado la fórmula de dar un orden a partir de las doradas y no del total de preseas o de finalistas que un país con uno o dos atletas fuera de serie puede quedar por encima de otra potencia con más medallistas en varios deportes.
Dicho todo lo anterior, centrémonos en qué puede hacer en tierra sudamericana nuestra delegación, superior a la de Londres 2012 en número de clasificados (alrededor de 120 por 110 en la capital británica) y en cinco disciplinas más (voleibol —sala y playa—, gimnasia artística, pentatlón moderno, esgrima y bádminton). Un primer elemento a tener en cuenta es que de las 306 pruebas solo competiremos en 117, es decir el 38 % de los convocadas.
Sin lamentos iniciales, pero dicho con toda propiedad, 16 disputas de podios se nos escaparon en el proceso de clasificación en la lucha (8), judo (5) y taekwondo (3). El reto, por tanto, es alto, muy alto, pues restringe opciones y obliga a tener una efectividad casi perfecta en los atletas con rango de ser medallista.
En ese trío de especialidades mencionadas, más el boxeo y el atletismo, recaen las mayores posibilidades de aumentar las 72 coronas de 1900 a la edición pasada. El abanderado de la delegación, Mijaín López, parece ser el candidato más seguro al oro entre llaves y suplex —sería su tercero en estas lides—; en tanto, su compañero Ismael Borrero deberá pelear con excelencia si pretende convertir su título del planeta del 2015 en olímpico.
Sin dudas, los pugilistas que dirige Rolando Acebal reservan en sus guantes las esperanzas más grandes de Cuba en cuanto a campeones. De los 10 que subirán al ring, nueve reúnen palmarés para imponerse o al menos regresar con uno de los tres primeros puestos. Julio César La Cruz, Lázaro Álvarez y Arlen López sacan una ligera ventaja si buscamos candidatos ideales a oro; aunque nadie puede descartar a Johanys Argilagos, Yosbany Veitía, Erislandi Savón, Yasnier Toledo y a los reyes de Londres, Robeisi Ramírez y Roniel Iglesias.
Los íconos más fuerte entre los judocas para llegar a la cumbre son Idalis Ortiz y Asley González. Otra vez serán asiáticas las más enconadas adversarias de la artemiseña, quien ya sabe lo que es ganar a este nivel y puede ser la primera cubana y latinoamericana con un doblón dorado sobre los tatamis. Para Asley toda la confianza, pero su división está llena de jerarcas como él, incluido un ídolo local, Tiago Camilo, por lo que tendrá que lucir impecable para superar la plata de hace cuatro años.
En el campo y pista, Yarisley Silva atesora los votos más fieles para aspirar a ser monarca, no obstante, la batalla con la pértiga promete tensiones hasta el último salto entre la antillana y al menos tres nombres: Fabiana Murer (Brasil), Ekaterini Stefanidi (Grecia) y Jennifer Suhr (Estados Unidos).
El triplista Pedro Pablo Pichardo y la discóbola Denia Caballero se antojan como accesibles al podio, pero una lesión imprevista del santiaguero y el dolor de cabeza que ha resultado la croata Sandra Perkovic para nuestra campeona del mundo del 2015 pesan hoy para verlos en lo más alto, aunque condiciones y garras les sobran.
En el grupo de avanzada para soñar con campeones es justo incluir al taekwondoca Rafael Alba, el más respetado de su división en todo el orbe y a quien solo un contratiempo inesperado le quitaría la idea fija de imitar el triunfo de Ángel Valodia Matos en Sídney 2000.
Más piezas del rompecabezas
Tras concluir un entorno entre cinco y siete títulos —más de esta cifra sería una sorpresa—, quedan varias propuestas de medallistas, algunas históricas de lograrlo, como son los casos del gimnasta Manrique Larduet y el remero Ángel Fournier, pues en sus respectivos deportes nunca se han saboreado glorias olímpicas.
Larduet puede terminar firmando la faena más inmensa de Cuba si sus exquisitas ejecuciones salen con la perfección que siempre quieren los jueces. Entre los máximos acumuladores y al menos en tres finales debemos disfrutar su presencia.
No olvido en lo más mínimo a nuestras ciclistas. Lisandra Guerra la tendrá difícil en la velocidad y el keirin, pero en su tercera incursión la matancera persigue el único metal que falta en su abultada colección. Una ubicación de Marlies Mejías entre las seis primeras del ómnium sería equivalente a una presea, mientras Arlenis Sierra estará solita en la ruta, pero ya ha demostrado que su pedaleo no tiene que envidiarle nada al de las favoritas.
Con mucha paciencia y un ruido fascinante, los tiradores enfilan, al menos, a mantener la senda de premiados que arrastran en línea desde Atenas 2004 hasta Londres 2012. Al monarca Leuris Pupo habrá que contarlo en cualquier cálculo, aunque no haya tenido un ciclo competitivo como deseara, al igual que a los consagrados Eglys Cruz y Juan Miguel Rodríguez.
El canotaje y las pesas completan el cuadro de las disciplinas con anhelo de preseas, aunque mucho más remota que las hasta aquí mencionadas. En Yusmary Mengana (K-1 a 200 metros) y la dupla Serguei Torres- Fernando Dayán Jorge (C-2 a 1000 metros) recaen los deseos de los piragüistas, al tiempo que Yoelmis Hernández encarna el de los forzudos.
Últimas consideraciones y más
Por supuesto, en toda lid múltiples hay atletas que se empinan sobre los propósitos iniciales y llegan a ser “los eléctricos” por sus resultados. ¿Maricet Espinosa (judo), Marcia Videaux (gimnasia) y Maikel Massó (atletismo) cargarán con ese calificativo ahora?
No olvido tampoco atletas con un desempeño y experiencia de talla universal que pueden crecerse en la propia cita y regalar más de una alegría. Los judocas Dayaris Mestre y José Armenteros; el decatlonista Leonel Suárez, la discóbola Yaimé Pérez y los luchadores Liván López, Yowlys Bonne y Reineris Sala son apenas algunos ejemplos.
Según los cálculos de este redactor entre 15 y 22 medallas en total no es una alucinación, aunque tampoco son expeditas. Con esa suma nos acomodaríamos del 10 al 15 en esa famosa tabla de medallas, un poco más arriba que lo declarado por el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación: “el objetivo es superar Beijing y Londres y quedar entre los 20 primeros”.
Hace solo unas horas, el prestigioso sitio digital dedicado al deporte www. aroundtherings.com emitió una virtual ubicación final, en el que concede el puesto 14 a nuestra delegación con 16 preseas, distribuidas en siete oros, cinco platas y cuatro bronces. La revista Sports Illustrated todavía no ha mostrado el suyo, pero ya adelantó que no dista mucho de la referida web digital.
Bañarse de podios para la embajada cubana en Río de Janeiro será tanto o más complicado que en las versiones precedentes. Pero el sentido primordial es que cada quien aporte lo máximo, sienta placer y felicidad con la entrega y el sacrificio vencido. Si así ocurre, todos lo aplaudiremos, sea cual sea el lugar final.