No hay fanfarrias en Sancti Spíritus. Ni deslumbrantes carteles, ni gente pintando fachadas, mucho menos arengas o mítines con discursos movilizadores; los espirituanos disfrutan de este ganado 26 de Julio desde la laboriosidad de los centros de trabajo, de las escuelas, del campo, del mar, de las comunidades.
Paso a paso fueron consolidando su quehacer, gestando programas productivos y sociales (el cañero- azucarero entre los principales), engrandeciendo una obra que es premiada con la sede del acto nacional por el Día de la Rebeldía Nacional.
La materialización de programas productivos y sociales ha ido consolidando la obra de un pueblo, que en los últimos 30 años acariciaba el sueño de repetirlo. Latía ese empeño con la modestia de los nativos del Yayabo y con la de esos que se sumaron para apoyar con su labor o sus experiencias. Y lo conquistaron de nuevo.