Nada fácil resulta día a día y mes tras mes sortear dificultades e inconvenientes de diversa índole para garantizar de manera sistemática el aseguramiento logístico requerida para el mejoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores vinculados a la rama petrolera.
Hay quien lo compara con un crucigrama, pero pudiera decirse que es todo un engranaje a partir del cual se mueven las 17 actividades asumidas por la Empresa de Servicios Petroleros (Emserpet) que incluyen, entre otras, alimentación, recreación, transporte obrero y de cargas, reparación y remotorización de esos medios, mantenimiento constructivo y a equipos, así como el montaje y la atención integral a los campamentos donde se albergan obreros, especialistas y técnicos en funciones.
Como parte de un programa iniciado hace dos años, continúa la creación de nuevos alojamientos. Según señaló Cristóbal Pita Alonso, director general de Emserpet, en aquel entonces disponíamos de 940 capacidades y cuando concluyan los proyectos actuales prácticamente duplicaremos esa cifra en cuatro campamentos.
El espacio para el confort
Vista hace fe, afirma un refrán popular y así consta en las obras que se ejecutan en Villa Habana, con un albergue para 24 personas distribuidas en cuatro habitaciones y tres edificaciones biplanta de 10 apartamentos cada una que permitirán aumentar 204 capacidades más construidas con estructuras metálicas de acero inoxidable (sistema Titán-Steel), cuyo montaje está a cargo de especialistas de la empresa Lamcomet.
Según comentó Gerardo Otero Marichal, director adjunto de Emserpet, “allí se hospeda, por ejemplo, el personal de otras provincias que realiza reparaciones medias y capitales en la refinería Ñico López –el cual en ocasiones puede sumar más de 200 hombres—. Ellos laboran en la rehabilitación de redes del gas manufacturado en La Habana Vieja o asisten a cursos y reuniones del sistema Cuba-Petróleo.
Villa Habana está ubicada a unos 300 metros de esa planta capitalina. “Con anterioridad había que hospedar en la Villa Panamericana, Guanabo o en hoteles de la cadena Isla Azul; ahora reducimos gastos por ese concepto y por la transportación desde lugares distantes”, señaló.
Merecido descanso recibe en Villa Habana el cienfueguero Yerly Pérez del Sol, operador de una planta de proceso. Si algo mitiga las altas temperaturas en su puesto de trabajo es el confort que encuentra en su habitación dotada de climatización, agua fría y caliente, refrigerador, baño interior y televisor, entre otras comodidades.
“Cuando llegué aquí hace tres años no había nada de lo que hay hoy. Antes estábamos en tráileres; ahora es muy diferente y la alimentación ha mejorado. Mi familia sabe que hay buenas condiciones”, expresó.
Transformar el entorno del campamento Boca de Jaruco es el propósito de la inversión que allí se lleva a cabo con el montaje de cuatro albergues biplanta que remplazarán los actuales contenedores con un alto nivel de deterioro debido a la corrosión en los techos y pisos dada la cercanía a la costa. No serán dados de baja, sino reparados y destinados a diversos usos dentro de Emserpet.
Son edificaciones construidas con vigas y laminados que se encontraban ociosos en otras instalaciones. La tarea la hacen obreros de la empresa Promeca y requerirá de mantenimientos sistemáticos en las etapas previstas, informó Fibian Hernández Blanco, directora de la unidad empresarial de base de servicios integrales de Occidente.
“El objetivo es lograr que durante los 10 días que los albergados permanecen aquí mejore la calidad de la estancia y se sientan como en su casa, lo cual incluye el esparcimiento con una sala de juego”, afirmó.
No lejos de este sitio se halla un campamento móvil adquirido en la República Popular China y puesto en funcionamiento desde diciembre último.
“Es como si fuera un hotel; la habitación está buenísima, tiene de todo”, dijo el avileño Onelio Poll, al referirse a las comodidades de esta instalación que no permanece fija, sino que se traslada junto con el equipamiento para la perforación de pozos.
Esteban Montalvo y Ángel Elías, ambos cocineros, ponen todo su esmero en la alimentación del personal. Coinciden en señalar que se trabaja por la óptima calidad y variedad de las ofertas.
“Todos los días hacemos un plato diferente”, comentó Elías mientras su colega recuerda que “aquí está la otra parte de la familia y nos sentimos bien”.