El primer domingo feliz para la selección cubana de béisbol en la Liga Can-Am significó la sexta victoria consecutiva y una reacción esperada, pero no exenta de enseñanzas y algún que otro detalle por pulir cuando restan cuatro partidos para terminar esta gira inédita, uno de ellos frente al elenco japonés Shikoku Island.
Si algo positivo aplacó las preocupaciones mostradas hace una semana fue el repunte de los lanzadores, en especial los abridores; mientras el bateo mantuvo su estabilidad y aparecieron por fin los jonrones, uno a la cuenta de Yorbi Borroto en la victoria del sábado (10-6) y otro de Julio Pablo Martínez este domingo, válido para impulsar tres carreras y apuntalar el triunfo 5-1, con lo cual barrieron a Rockland Boulders, segunda escoba tras haberlo hecho antes con Sussex County Miners.
Vladimir Baños tuvo la víspera su segunda salida positiva en el periplo y su coterráneo Liván Moinelo relevó sin contratiempos por dos entradas, antes de que José Ángel García cerrara el noveno. A la ofensiva, el propio Julio Pablo, Yasiel Santoya y Yunior Paumier sobresalieron con dos hits pér cápita.
¿Qué resta ahora a la tropa de Roger Machado? El cierre será desde el martes frente al elenco New Jersey Jackals, que acumula 23 éxitos y marcha segundo en la tabla de posiciones. El también subtitular del torneo por cinco temporadas consecutivas debe exigir de Cuba un pitcheo eficiente, quizás algún cambio en la alineación (Luis Robert Moirán no parece el mejor tercer bate); y más agresividad en las bases para producir carreras.
El balance positivo 9V-7D obedece también a una mejor adaptación a los serpentineros rivales, estabilidad defensiva y una necesaria confianza en jugadores que no empezaron como titulares: Jefferson Delgado, Juan Carlos Torriente y Yoelvis Fiss. Lo importante será siempre ganar, pero si se acompañan a las sonrisas más de una enseñanza que han dejado esta liga, lo agradecerá no solo el presente, sino el futuro de nuestro béisbol. ¡Y buena falta que hace!