Qué bien que el Festival de las Artes del ISA vaya más allá de los predios de esa institución docente para insertarse en la programación cultural de La Habana! Téngase en cuenta que estamos hablando de la Universidad de las Artes en Cuba, la que forma ahora mismo a centenares de creadores de todas las manifestaciones.
La lluvia no impidió que hasta ayer domingo tuvieran lugar las presentaciones y encuentros en algunas de las salas del circuito teatral de la calle Línea y en varias entidades culturales de la ciudad. La idea es clara: que los estudiantes demuestren sus credenciales ante un público heterogéneo, que los valorará con un solo rasero: el de la calidad.
En la práctica, buena parte de los alumnos del ISA, egresados de la enseñanza media, son hace rato profesionales del teatro, la danza, la música y las artes visuales. El Festival les ofrece otra plataforma, que pone énfasis en los procesos de pensamiento que articulan las propuestas. Diálogo en todos los sentidos: de eso se trata. Este año se pudieron apreciar interesantes espectáculos, que de alguna manera integran a estudiantes con profesionales.
La enseñanza del arte no puede ser un ejercicio de gabinete. La retroalimentación es vital. La Universidad de las Artes tendrá que tener siempre las puertas abiertas.