Icono del sitio Trabajadores

Memorial José Martí: Más que piedra

Hoy, después de 20 años, el sitio sigue rindiendo homenaje al más universal de los cubanos. Foto: Heriberto González
Hoy, después de 20 años, el sitio sigue rindiendo homenaje al más universal de los cubanos. Foto: Heriberto González

 

Por Claudia Zurita Delgado,   estudiante de Periodismo

“Uno siente satisfacción de que un hombre como él haya recibido este homenaje tan bello, tan estético,  porque es verdaderamente bello la combinación  de todo lo que hay aquí.  La concepción ha sido excelente, entonces, ahora  sí tenemos un Memorial,  que creíamos que lo teníamos, porque había un  monumento y la estrella.  Pienso que mucha gente  va a venir a verlo, no quedará un ciudadano que no venga a este lugar”,  expresó el líder de la Revolución Fidel Castro Ruz  el 20 de febrero de 1996  en el discurso inaugural  del Memorial José Martí.  Hoy, después de 20 años el  sitio sigue rindiendo homenaje al más universal  de los cubanos.

El sitio está dispuesto en cuatro salas de exposiciones, cada una con  una funcionalidad específica. Dos de ellas dedicadas a la vida y obra del  Apóstol, donde convergen  el álbum familiar de los  Martí Pérez, una foto de  la Casa Natal, la partida  de bautismo, documentos  escritos por él y una fotografía del mural que pintó  el mexicano Diego Rivera  en el que aparece el Héroe  Nacional.

Asimismo se pueden apreciar evidencias de la época de Martí en el presidio, los títulos de Licenciatura en Derecho y en Filosofía y Letras emitidos póstumamente por la Universidad de  Zaragoza, el quetzal entregado por el presidente  de Guatemala durante el  tiempo que vivió en ese  país y evidencias de su  paso por Venezuela y Estados Unidos. También  hay un espacio dedicado  a su faceta como escritor,  que muestra los facsímiles de La Edad de Oro,  Ismaelillo y Versos Sencillos.

En la segunda sala se exponen las cartas al fiel amigo Gonzalo de Quesada, a Federico Henríquez y Carvajal, a María Mantilla, a su madre y a su hijo,  cada una escrita en forma  de testamento. Igualmente  el visitante puede ver varios números del periódico  Patria, el Manifiesto de  Montecristi y las Bases y Estatutos del Partido Revolucionario Cubano.

El Memorial está dispuesto en cuatro salas de exposiciones, cada una con una funcionalidad específica. Foto: Eddy Martin

 

La sala 3 exhibe la historia de la construcción del Monumento y la Plaza de la Revolución. “Los  primeros pasos se dan en  1926, cuando el destacado  urbanista francés JeanClaude Nicolás Forestier  diseñó un proyecto  que  pretendía trasladar el centro geográfico de la ciudad  a la Loma de los Catalanes (donde actualmente se  encuentra el recinto). Allí  estarían las principales  arterias de la ciudad y se  levantaría un monumento  a José Martí, además de  la edificación de un centro cívico. Este proyecto  no pudo realizarse debido  a los grandes costos”, aseguró Adriana Fonteboa,  museóloga y fundadora de  la institución.

Para el año 1937 se creó la Comisión Pro-Monumento durante el Gobierno de Federico Laredo Brú  y se abrió la primera convocatoria a concurso con  el fin de diseñar el espacio.  En este intento el primer  lugar quedó desierto.

“En los años venideros: 1939, 1940 y 1943, se  convocó a otros certámenes. Fue premiado el proyecto Templo Martiano o Templo de las Américas,  de Aquiles Maza y el escultor José Sicre; pero no  es hasta 1952, cuando Fulgencio Batista, con tal de  ganar popularidad ante la  ciudadanía, constituye la  Comisión Nacional Organizadora de los actos por el centenario del Apóstol. El resultado final fue la combinación del proyecto de Juan Rabatut, Raúl  Otero y  Enrique Luis Varela,  con la escultura en  posición sedante de José  Sicre”, expresó Fonteboa.

La construcción comenzó en 1953 y terminó  en 1960. Inicialmente en  el lugar se hallaba el Museo de la Revolución, hasta  que este fue reubicado a su  sede actual. La instalación  no recibió uso específico, y en 1996 quedó inaugurado  el Memorial.

Desde entonces funciona de lunes a sábado y  ofrece al público gran variedad de conciertos, peñas  y  espectáculos infantiles.  “Cada sábado se presentan  diferentes agrupaciones: el  grupo de teatro para niños  Girasol, la peña del payaso  Alepito, y disímiles conciertos de los alumnos de  las escuelas Samuel Feijóo  y Paquita Concepción”, argumentó Ana María Troya,  especialista en promoción y  divulgación.

“También se programan, junto con la Casa de  Cultura del municipio de  Plaza de la Revolución, talleres de artes plásticas a  alumnos de escuelas primarias. Además, tenemos  el espacio La Rosa Blanca  sobre temáticas martianas, vinculadas con las fechas históricas”, concluyó  Troya.

Compartir...
Salir de la versión móvil