Por Abel Alejandro Rivero Ochoa *
Recientemente vivimos imborrables horas de efervescencia revolucionaria con la celebración del VII Congreso de nuestro Partido. Allí el compañero Raúl refiere que “es preciso asegurar más explicación al pueblo, más disciplina y exigencia y un mayor y más cercano seguimiento al proceso de cambios. Hay que tener, como ya hemos dicho, los oídos y los pies bien puestos sobre la tierra”, principio aplicable a todas las esferas de la vida, incluyendo la laboral.
Uno de los ejercicios en los que debe ponerse de manifiesto nuestra democracia socialista es la información, preparación y participación de los cuadros administrativos, sindicales y los trabajadores, en relación con las normas legales a aplicar que impacten el escenario laboral y los ingresos de los trabajadores, resultantes de los procesos productivos y de servicios.
En tal sentido acaba de entrar en vigor la Resolución 6/2016 del MTSS sobre formas y sistemas de pago en el sistema empresarial cubano, norma vinculante cuya esencia no es salarial sino su resultante. Este instrumento legal es sustituto de la conocida Resolución 17 de igual organismo, que constituyó un paso de avance en el objetivo de liberar las fuerzas productivas, lo que demuestran los resultados positivos en el cumplimiento de los indicadores directivos, y la disminución del número de empresas que pagan sin respaldo productivo, su monto y el incremento en alrededor de 200 pesos en apenas dos años del salario medio, con 743 pesos al término del 2015.
Es importante reconocer que muchos de los aspectos que hoy fueron modificados y tenidos en cuenta son fruto del debate a partir de la participación de los trabajadores en la gestión económica de sus empresas, unidades empresariales de base y establecimientos, localizando los problemas que se fueron generando en su aplicación y la consecuente alerta del movimiento sindical en los diferentes escenarios de actuación.
De igual manera se reconoce el período de preparación realizado durante todo el primer trimestre, en el que alrededor de 7 mil compañeros de diferentes instancias empresariales participaron de los seminarios impartidos por los órganos globales de la economía, contando entre ellos con la presencia de cuadros y dirigentes sindicales (700), en representación de la Central de Trabajadores de Cuba y sus sindicatos en ambos niveles de subordinación, en las que se emitieron significativos criterios, de cara a la modificación de la norma, cuya capacitación hasta la fecha ha llegado a más de 1 millón 300 mil trabajadores, lo que representa alrededor del 83 % de los previstos.
Se diseñó una preparación diferenciada durante el mes de mayo, dirigida a dotar a nuestros cuadros y dirigentes sindicales de las principales herramientas para conducir su trabajo, partiendo de los momentos en que de común acuerdo con la administración les corresponde participar en las decisiones fundamentales, según dispone la nueva legislación, abarcando hasta la fecha a cerca de 40 mil compañeros en todo el país.
Pero la capacitación no acaba ahí, todo lo contrario: es hora de avanzar a mayor ritmo en la preparación, en aras de que nuestras organizaciones sindicales participen activamente en la actualización de los reglamentos de los sistemas de pago, parte integrante de los convenios colectivos de trabajo. Por ello debemos dirigirnos en cada lugar a definir bien los objetivos a alcanzar traducidos en los niveles de actividad que nos proponemos, determinados por el plan previsto y la forma de pago correspondiente, a partir de las posibilidades en la medición y control de los gastos y los sistemas de pago que apliquemos en consecuencia.
En estos aspectos, en la manera en que se forme el salario, y en que se realicen las deducciones según los incumplimientos de los indicadores directivos y en el cómo distribuir el salario formado, estarán los asuntos fundamentales en los que deberá centrarse la organización sindical, junto a la idea de que solo propiciaremos desentrañar las reservas de eficiencia en los destajistas a partir de que también sean vinculados a los sistemas de pago por resultados y al reconocimiento de los pagos adicionales para la distribución del salario a quienes corresponda por los cargos que ocupen.
La organización sindical tendrá que ser garante de que la administración cree las condiciones técnicas, organizativas y económicas para el reconocimiento salarial en las UEB, desde la desagregación de los indicadores a ese nivel al igual que los registros contables, para acercarlos al lugar donde se genera el hecho económico y el reconocimiento oportuno de los trabajadores.
No menos necesario es proponer ante casos excepcionales el momento para decidir la modificación de la forma de pago o la propuesta para ajustar los planes.
Si procuramos nuestra participación en todos estos aspectos estaremos ejerciendo un digno papel de representación de los trabajadores en algo tan sagrado, sus ingresos.
*Jefe del Departamento de OTS y Empleo de la CTC