A partir de la premisa de que todos los países que han conseguido un alto nivel de desarrollo han contado con proyecciones a largo plazo, la planificación en Cuba también tiene que plantearse ese objetivo, a la par que logre equilibrios macroeconómicos.
Tal fue la tesis de la intervención especial de Marino Murillo Jorge, vicepresidente del Consejo de Ministros y titular de Economía y Planificación, acerca del plan nacional de desarrollo económico y social hasta el 2030 y su vínculo con los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas, con la cual concluyó este jueves en el Palacio de Convenciones de La Habana el II Taller Internacional de Auditoría, Control y Supervisión.
El también miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba sintetizó los principales conceptos de los documentos aprobados para la consulta popular en el reciente VII Congreso de esa organización política, en primer lugar los principios esenciales de la conceptualización del modelo económico y social cubano.
El ser humano en el centro de todo, la existencia de un partido único de la nación cubana y la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción, fueron tres aspectos que destacó el jefe de la comisión permanente de implementación de los Lineamientos económicos y sociales del Partido y la Revolución.
Entre los fundamentos de ese modelo que expresan aspectos que cambian o se modernizan, Murillo Jorge relacionó la existencia de formas no estatales de propiedad, el reconocimiento del mercado y el papel de la inversión extranjera.
Hoy en cuba actúan las leyes del socialismo con un insuficiente desarrollo de las fuerzas productivas, valoró el dirigente, quien ponderó la necesidad de una planificación que se proyecte hacia el desarrollo, y no solo funcione a corto plazo.
Explicó también la visión, los ejes y sectores estratégicos que contiene el plan hasta el 2030, y cómo habrá que armonizar con esa proyección las 136 políticas con sus normas legales que han sido aprobadas en los últimos cinco años, a partir de la aprobación de los Lineamientos en el 2011.
La discusión popular y enriquecimiento de los documentos del VII Congreso que tendrá lugar en los próximos meses, expresó, es una demostración práctica de planificación participativa. La idea es que en diciembre del 2017 el Parlamento cubano apruebe el plan hasta el 2030, con objetivos, metas e indicadores específicos para cada etapa.
Esa proyección a largo plazo no será estática, sino que conllevará un proceso de actualización periódica, para siempre trabajar con un horizonte de diez a quince años por delante, aclaró.
Al inicio de la sesión de clausura, también intervino el señor Yves Gagnon, embajador de Canadá en Cuba, quien resaltó algunos de los principales resultados a partir de la colaboración de su país con la Contraloría General de la República, entidad organizadora de este encuentro.
Cuando transcurre el cuarto año de un segundo proyecto de colaboración internacional quinquenal entre Canadá y Cuba en esta esfera, ya más de siete mil auditores han recibido los beneficios de múltiples programas de capacitación, destacó Gagnon.
Asuntos novedosos en esta cooperación para la formación de profesionales cubanos, han sido las auditorías de género y ambiental, sobre la deuda pública y al sistema bancario, expresó el diplomático.
También se entregaron menciones, reconocimientos y premios a las ponencias más relevantes, entre las cuales sobresalieron El vínculo permanente con la base para evaluar la calidad de los servicios educacionales, del Ministerio de Educación; las veedurías ciudadanas: un mecanismo de control proactivo para la vigilancia de los programas de la Revolución, del Ministerio de Educación Superior; y Herramienta para la importancia relativa y el análisis financiero en el sector productivo y de servicios, de las contralorías provinciales de Villa Clara y Camagüey.
Gladys Bejerano Portela, vicepresidenta del Consejo de Estado y contralora general de la República, agradeció a todos los participantes y reiteró, finalmente, el propósito de poner el control al servicio del desarrollo del pueblo cubano.