No basta con conocer y plantear los problemas, hay que resolverlos. A esa conclusión se llega más de una vez al término de no pocos análisis. Dos asuntos medulares y profundamente examinados en la primera conferencia provincial del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Alimentaria y la Pesca (SNTIAP), realizada en Cienfuegos, me precisan a reflexionar al respecto.
El primero de ellos está referido a la mala calidad de la leche acopiada para su procesamiento industrial en la Empresa Láctea Escambray, ubicada en la localidad de Cumanayagua. Confieso que me sorprendió la valoración otra vez del tema, pues hace cinco años la habían hecho en un evento sindical de carácter nacional, lo que motivó que este periódico investigara y publicara dos amplios reportajes, uno centrado en la parte industrial y otro en los productores. Los inconvenientes en ese momento eran múltiples y, aunque parezca increíble, persisten en su mayoría, según trascendió en la conferencia recién efectuada.
¿Qué se hizo desde entonces? ¿Dónde quedaron las promesas de análisis, de adopción de medidas, de realizar controles más rigurosos…, en fin, dónde quedaron las soluciones?
El asunto tiene una trascendencia enorme. Iván Carranza Ojeda, director del Grupo Lácteo del Ministerio de la Industria Alimentaria, fue enfático al afirmar: “En Cienfuegos se acopia la leche más mala del país y es la mejor pagada”. ¿A qué responde esa dicotomía? ¿Qué sucede con los análisis de los indicadores cualitativos? ¿Cómo determinan entonces el dinero que se entrega a los productores? ¿Qué alcance real han tenido los razonamientos al respecto?
Pedro Manuel Díaz Jover, secretario general del SNTIAP, insistió en que el sindicato y los trabajadores deben exigirle a la administración de esa entidad el cumplimiento de lo establecido e indicó que ese discutir el asunto en las asambleas de afiliados. Le sobran razones. El colectivo obrero y la dirección sindical, principalmente en la planta productora de quesos cuyos trabajadores han sido afectados salarialmente debido a esa causa, tienen que tener un papel más protagónico y en ese empeño, deben estar acompañado por las estructuras superiores de dirección.
Al respecto se adoptó el acuerdo de hacer un examen integral, o sea, que abarque a los acopiadores y también a quienes laboran en la industria y los departamentos de calidad y tecnología con el propósito de encontrar una solución definitiva y ponerle fin a un problema que persiste por muchos años.
En la conferencia también valoraron las dificultades existentes por demasiado tiempo con la transportación de la producción terminada en la unidad empresarial de base (UEB) Pasta Largas, del municipio de Cruces, las que han provocado el abarrotamiento de los almacenes, la paralización del proceso fabril, una notable afectación al salario de los trabajadores y que la población no reciba un producto tan demandado (espagueti).
Aunque algunos aseguran que este 2016 debe ser un año de cambios positivos en ese sentido, no existe plena seguridad de que los males queden atrás definitivamente. Hace poco restablecieron el proceso fabril, pero dos días antes de cumplir el plan del mes lo detuvieron, debido a la misma causa. ¿Entonces?
Aunque lo que sucede en esa UEB debe preocupar y ocupar en todos los niveles por la envergadura y la implicación que tiene, corresponde a la dirección administrativa gestionar, buscar y encontrar las soluciones definitivas y no esperar a que aparezcan, por muy complejas que resulten.
Como se conoce, hay problemas y problemas. En nuestro país, por razones harto conocidas, los relacionados con la alimentación adquieren carácter estratégico y de una importancia y significación enormes, debido a que se trata —como tanto se ha subrayado— de un asunto de seguridad nacional.
Evidentemente, en los casos señalados ha existido exceso de morosidad para atender las causas objetivas y subjetivas, afrontarlas y enmendarlas. Quizás algunas requieran inversiones y financiamiento, pero otras no, porque dependen de gestiones, controles y de la actitud y preocupación de quienes dirigen o están vinculados de alguna manera a ellas. Lo peor es no accionar o hacerlo de manera insuficiente.
Como se señala en el informe central al VII Congreso del Partido, no debe persistir “el lastre de una mentalidad obsoleta”, por lo que a los problemas hay que encontrarles hoy soluciones rápidas y que tomen en cuenta todas las alternativas posibles.
La economía cubana, marcada por nuevos aires y en fase de transformación y consolidación, no admite la dilación. Las respuestas requeridas, eran para ayer.