A la espera de la ratificación de una segunda plaza para la ruta olímpica —presumiblemente para Iraida García—, el ciclismo cubano estuvo de fiesta este fin de semana con su Copa Cuba en el velódromo Reinaldo Paseiro, ganada por México con siete títulos, cinco de ellos a la cuenta de los hermanos Verdugo en eventos de velocidad, sin duda la asignatura pendiente hoy para nuestros técnicos y pedalistas.
Dentro de las confirmaciones positivas que dejó el certamen está el buen momento que transita una de las aseguradas para Río de Janeiro, Marlies Mejías, de actuación perfecta en el ómnium y quien ratificó que en la cita brasileña “voy por superar mi octavo lugar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, aunque no será nada fácil por la calidad que ha ido adquiriendo esta prueba”.
Si algún detalle hay que remarcar de esta tradicional lid fue la presencia internacional, en especial de los aztecas Yuli y Edgar Verdugo, ganadores de la velocidad pura, el keirin y los 500 metros contra reloj, con una asesoría que nos enorgullece, pues su entrenador es el cubano Enrique Caraballo, quien los llevó a medallas mundiales, en la categoría juvenil.
Todo lo contrario sucede con esta especialidad entre los nuestros, pues con la excepción de Lisandra Guerra, no reunimos hoy, a diferencia de otros años, ningún velocista capaz de pelear un podio a nivel centrocaribeño ni panamericano. ¿Qué pasa con los talentos? ¿Es cuestión de preparación o de aptitudes? ¿Se podrá revertir este momento en el próximo ciclo olímpico 2017-2020?
En el cierre dominical, Claudia Baró sorprendió a los especialistas con su triunfo en la carrera por puntos, por delante de Arlenis Sierra y la propia Marlies, al tiempo que el guatemalteco Marcos García se coronó en el kilómetro contra reloj. Por cierto, este último también de la mano de un preparador nuestro, Sergio Martínez, el hijo de uno de los íconos del ciclismo cubano Sergio “Pipián” Martínez.
La única ausencia de esta Copa, Lisandra Guerra, continúa su preparación por Europa, donde ha intervenido en varios certámenes, con tiempos que ya la acercan, sobre todo en velocidad, a su sueño de la medalla olímpica, una de las pocas que no tiene aún en sus vitrinas.