“El Banco Central tiene dinero fraccionario para todas las operaciones que requiera la circulación monetaria en el país, ya sea en CUP o en CUC”, indicó a este semanario Ariel Torres Collazo, director de Emisión y Valores de la entidad bancaria.
Con ello se echan por tierra —una vez más— las ya recurrentes alegaciones en comercios y unidades gastronómicas, en el transporte y en otros tantos escenarios de la vida diaria, cuando alguien asegura que “no hay cambio”, y obliga entonces al ciudadano a “dejar el vuelto”, que es como exigirle pagar más de lo que cuesta el servicio o mercancía que recibió.
Ciertamente, la actividad fundamental en las sucursales es la operación bancaria y no el cambio en moneda fraccionaria —que debería llegar al bolsillo de la ciudadanía a través del comercio—; sin embargo, no hay problemas para satisfacer a las muchas personas que se ven obligadas a ir al banco en busca de menudo.
No es la primera vez que tocamos el asunto, mas pareciera que las autoridades de Comercio —entre los principales implicados— se hacen de la vista gorda ante algo que afecta directamente a sus clientes.
Cabría una simple interrogante: ¿Por qué los rectores no exigen a sus unidades —entre ellas de comercio, gastronomía, mercados agropecuarios o perteneciente a alguna tienda recaudadora de divisas— tener la suficiente cantidad de moneda fraccionaria?
Torres Collazo dijo que en el momento de depositar sus ingresos en la sucursal las unidades de Comercio deben convertir en moneda fraccionaria —en especial las de 20 centavos— o en cualquier otra denominación lo que necesiten para abrir al día siguiente o mantener su labor diaria.
“Ese depósito y conversión —insistió— pueden realizarse nacionalmente a cualquier hora y cuantas veces sea preciso, en sucursales del Banco Metropolitano, Bandec o Popular de Ahorro, en horario laboral.
“Incluso, si se tratara de CUC el mecanismo es el mismo y de total responsabilidad del comercio, pues los cajeros de las sucursales tienen las monedas necesarias para el cambio a cualquier persona o unidad”, refirió.
Con frecuencia en los centros que operan en ambas monedas la situación se torna penosa, toda vez que los tenderos aducen no tener moneditas CUC y, lo que es peor, ni siquiera te las dan si tu vuelto es en CUP. Si hay alguna reclamación responden en una forma que sitúan al cliente en el difícil puesto del tacaño.
Se conoció, asimismo, que aunque los cajeros de los bancos no tengan en su poder todo el menudo que requiera el momento, sí tienen la posibilidad de cambiar cada vez que se lo soliciten, pues la bóveda se lo sirve. Muy puntualmente podría faltarle, pero siempre pueden realizar la operación.
De manera general, en cafeterías u otros centros privados se estipulan precios que difícilmente demandan menudeo, pero no ocurre igual en unidades estatales y lamentablemente es la ciudadanía quien más sufre esa falta.
Para muchos constituye una crisis, para otros —entre quienes me incluyo— se trata de crisis provocada por irresponsabilidad, en ocasiones, de la misma población, pues cualquiera podría en algún momento, ir a la sucursal y acceder a las monedas que necesite.