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Serie Mundial: desfasaje semifinal y otros apuntes

El mítico Salón York, de Londres, aún espera por el tope semifinal de la WSB entre Gran Bretaña y Kazajistán.
El mítico Salón York, de Londres, aún espera por el tope semifinal de la WSB entre Gran Bretaña y Kazajistán.

 

La Sexta Serie Mundial de Boxeo de la AIBA (WSB) debía estar, a estas alturas, entregando su bellísima copa dorada a la franquicia ganadora.

Sin embargo, apenas ha concluido uno de los matches semifinales y el evento vive un largo impasse debido a razones que se rumorean aquí y allá, pero que la organización no se ha dignado a explicar oportunamente en su página oficial en internet.

La respuesta de que dispone este redactor proviene de una fuente de calidad, la directora de competencia de la WSB Mariana Caballero, quien muy recientemente ha explicado en exclusiva que la selección Arlans de Kazajistán no pudo realizar en tiempo los exigentes trámites de visado para llegar a Londres, donde a inicios de mes debía enfrentarse a los Corazones de León Británicos.

Ese hecho ha dislocado bastante el evento, pues ahora ese duelo semifinal acontecerá en la capital británica los días 26 y 27 de mayo, dejando la final para unos diez días después aproximadamente. Esa fecha, por cierto, tampoco está definida a estas alturas, como tampoco lo está la ciudad que acogerá el trance.

Para Cuba el desenchuche ha traído como consecuencia ajustar la preparación rumbo a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, suspender una base de entrenamiento en condiciones de altura que estaba prevista para el cercano mes de junio, entre otros malestares.

La Serie Mundial es un evento todavía joven, pero que ha madurado (o no) más lentamente de lo esperado. Y la respuesta no está tanto en cuestiones puramente organizativas (sin duda importantes), sino en el hecho evidente de que los patrocinadores y la televisión no le han dado suficientemente «bola» a tenor de sus defectos, o quizás de sus virtudes, según el prisma desde el cual se le mire.

Lo cierto es que varias franquicias han mostrado dificultades para cubrir en tiempo y forma el calendario aprobado; han hecho «aguas» en términos financieros; o han logrado poco apoyo del público en sus instalaciones, incluido nuestro flamante coliseo de la Ciudad Deportiva, en La Habana.

Equipos provenientes de Alemania, Italia, Francia y otras naciones de positivas economías decidieron salir del evento en campañas precedentes, debido a que las cuentas sencillamente «no dieron».

La AIBA ha querido proponer un boxeo vistoso, atractivo, espectacular y técnico, que mueva a la afición, a los medios de comunicación y a los proveedores del financiamiento. Pero todo eso sin poner en evidente riesgo la vida de los boxeadores, regla número uno para mantenerse como deporte en el concierto olímpico.

Esa ecuación le ha llevado en los últimos años a inaugurar eventos que se denominan semiprofesionales, a partir de decisiones como quitar la cabecera, pelear a cinco y más rounds, ajustar el peso de los guantes y el tamaño del cuadrilátero, incorporar los premios en metálicos por pelea y admitir en sus lides a púgiles del llamado boxeo rentado con un límite de peleas realizadas.

Sus productos líderes han sido la WSB y el Boxeo Profesional de la AIBA, proyectos interesantes aunque marcados por una contradicción evidente: en esta temporada ambos coincidieron en época del año y eso provocó que las figuras de nivel se repartieran entre una lid y la otra. Algo como eso sólo puede conducir a que disminuya el nivel de una o de ambas competiciones.

Por otro lado debe reconocerse, sin rodeos, que la propuesta del boxeo rentado tradicional sigue siendo más llamativa y lucrativa que los intentos de AIBA por abrirse un espacio fértil en el mundo de los rectos, ganchos y swines.

La muerte de fajadores sobre el encerado y la huella de secuelas para toda la vida siguen estando presentes, alertan de vez en vez, mas la naturaleza humana pasa sobre esas realidades sin más ni más, pues el ocio suele llenarse con «pan y circo» de este tipo, mientras la sangre la ponga otro, claro está.

El callado propósito de AIBA de propinar un KO paulatino y moderado a las organizaciones profesionales del pugilismo se antoja, ahora mismo, como una idea fuera de contexto.Y la razón es evidente: la entidad dirigida por el taiwanés Ching-Kuo Wu tendría que cambiarse a sí misma y al mismo tiempo modificar las preferencias del público amante del boxeo.

Esto último cobraría algún sentido si el objetivo sigue siendo ofrecer un boxeo diferente, pues si la idea es parecerse cada vez más al de los Circuitos Profesionales lo más probable es que la organización acabe absorbida por ese poderosos sistema financiero y de influencias. Véase el ejemplo elocuente de la Federación Internacional de Béisbol (IBAF). 

La estrategia de AIBA deberá esclarecerse más a inicios del mes próximo, durante su Congreso Mundial a efectuarse a Lausana, Suiza. De allí saldrán las respuestas sobre el rumbo del boxeo olímpico, no importa que la Sexta Serie Mundial aún no haya terminado.

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