Por Marylín Luis Grillo (Tomado de Juventud Rebelde)
Con el contagioso ritmo de la samba, en señal de esperanza y solidaridad, concluyó el acto de apoyo a Dilma Rousseff, presidenta elegida por el pueblo brasileño, y contra el golpe de estado oficializado este jueves en la nación sudamericana.
Convocada por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), en la actividad estuvieron presentes representantes de las organizaciones sociales y de masas de Cuba, además de vecinos de la capitalina zona, así como amigos brasileños y latinoamericanos en general, residentes en Cuba.
Durante el encuentro se mostraron carteles con las etiquetas #Cubacontraogolpe y#FuerzaDilma, las cuales circulan por las redes sociales como respaldo a la presidenta.
Igualmente, se leyó la declaración de los organismos sociales cubanos, donde se manifestó que esta maniobra de la ofensiva conservadora contra los gobiernos de izquierda y progresistas de Nuestra América tiene «la clara intención de truncar los avances sociales y políticos alcanzados, y frenar el ascenso de la integración continental».
«Las organizaciones cubanas que hacemos parte de ALBA Movimientos y otros espacios articuladores en América Latina y el Caribe estamos en contra de las autoridades de facto que han usurpado Brasil y solo reconocemos la legitimidad del voto popular de los millones de brasileños y brasileñas que escogieron soberanamente a Dilma y al Partido de los Trabajadores (PT)», refiere el texto enunciado por Rosario Rodríguez, funcionaria del Departamento de Relaciones Internacionales de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
Asimismo, la declaración explicitó la importancia de la unidad en estos momentos de profunda tensión en el continente y que «la defensa de la democracia en Brasil significa también defender a todos nuestros pueblos y la integración latinoamericana y caribeña».
La voz de la ciudadanía del gigante latinoamericano también estuvo presente, con las intervenciones de Mesileni Da Silva en representación del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra, y de Guillermo Wonderley, a nombre del Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad a los Pueblos.
Da Silva, emotivamente, apuntó que el golpe no fue solo contra Dilma y el PT, sino contra la dignidad de todo el país, al tiempo que indicó que «la unidad de los pueblos es lo que nos da la fuerza para vencer».
Los seis meses siguientes serán de lucha e ingobernabilidad, dijo, pues desde las calles se buscará que no se lleve a cabo el plan neoliberal de la oposición. Dilma regresará al poder con mayor legitimidad y con la fuerza de los que están en la calle, concluyó.
Por su parte, Wonderley comentó que en estos 180 días, el plan del gobierno golpista de Michel Temer, quien jamás pudo obtener los votos necesarios para alcanzar el poder, es desmantelar los enormes proyectos sociales llevados a cabo en estos años. «Planes sociales que sacaron de la extrema pobreza, del olvido, de la falta de trabajo, de la marginalidad de las favelas a 30 millones de pobres», resaltó.
El también estudiante de sexto año de la Escuela Latinoamericana de Medicina refirió a Juventud Rebelde su sentir como joven brasileño, expreso en la voluntad de todos los movimientos brasileños de ir a las calles hasta que Dilma regrese a la dirección del Gobierno.
De igual forma, agradeció el apoyo de la nación caribeña a su país y subrayó el valor de la solidaridad cubana, la cual es capaz de generar una ola de respaldo hacia Brasil.