Este Primero de Mayo la capital cubana apenas durmió. Con la compañía de la luna y de las estrellas, muchos encaminaron sus pasos desde bien temprano hacia la Plaza de la Revolución José Martí, donde a las siete y 30 de la mañana comenzará el histórico desfile por el Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores.
Para María Martínez el día tiene una connotación especial. Es una de las tantas personas que fue alfabetizada. En ese entonces era ella muy jovencita, tenía 17 años, pero no sabía leer ni escribir. “En medio del monte, en Pinar del Río, no había escuela”, confesó. Por eso agradeció tanto la oportunidad de despertar al mundo “porque un hombre o una mujer empieza a verlo todo diferente cuando sabe leer y escribir”.
Muchos fueron los que como ella tuvieron ese privilegio. Las cubanas y cubanos que formaron parte del contingente de alfabetizadores que acudió a los rincones más inhóspitos de Cuba, llevaron con el lápiz y la cartilla, el más preciado de los tesoros a su compatriotas. Así, hace ya 55 años, Cuba logró declararse gracias a la vocación solidaria de sus hijas e hijos, Territorio Libre de Analfabetismo. Fue una proeza posible gracias a la Revolución Triunfante del Primero de Enero de 1959.
Por eso son los educadores quienes hoy abren los desfiles en todas las Plazas y calles del país este Primero de Mayo, porque esa victoria habrá que recordarla por siempre, como símbolo de la grandeza del pueblo y de lo que es capaz de hacer una Revolución por el bien de su gente.