Los popularísimos pasacalles espirituanos adquirieron otras dimensiones por estos días. Representantes de distintos sindicatos rompen el ir y venir de los transeúntes con congas sobre ruedas que invitan a desfilar el próximo domingo por el Día Internacional de los Trabajadores. Pero, las iniciativas no solo irrumpen en el ámbito de lo inmaterial sino que se concretan en sectores sensibles de nuestra sociedad.
“Tras el Forum de Ciencia y Técnica celebrado en el territorio nos contactaron para arreglar la lavadora del Hogar de Ancianos Provincial y decidimos que ese sería uno de los agasajos por este Primero de Mayo. El equipo presentaba un sistema autómata quemado y procedimos a incorporarle una variante tecnológica para restablecer sus funciones. El valor de este equipo en el mercado mundial asciende a más de 7 mil dólares”, comentó Humberto Gómez, quien pertenece al Comité de Innovadores y Racionalizadores (CIR) de la unidad empresarial de base (UEB) Molino Ángel Montejo.
Pedro Ramos, Luis Alonso Gómez y Amaury Rivero Jiménez completaron el equipo que salvó de la muerte a la única máquina de lavado con que cuenta el centro. Unos 150 kilogramos de ropa se sanean cada día en la institución y aunque el aparato solo tiene capacidad para 25, humaniza la labor de los lavanderos.
“Empezamos a ‘guapear’ con este equipo por el impacto social que tiene su funcionamiento. Acá residen abuelos de toda la provincia y resulta una necesidad mantener sus prendas limpias. La administración del Hogar coordinó con la entidad contigua para hacer uso de las lavadoras de allí hasta tanto resolvían la situación”, informó Humberto Gómez.
Pero, la iniciativa transformadora irá más allá de la fiesta del proletariado mundial, pues estos innovadores valoran la posibilidad de arreglar otra lavadora en desuso que posee la institución, con apoyo del sectorial de la Salud.
Una cifra de 135 ancianos de los distintos municipios encuentran refugio en la institución espirituana. Esta vez el mérito de los aniristas fue más allá del aporte económico que indudablemente le brindan al país. De seguro, los más de 18 millones de pesos que los yayaberos generaron con su ingenio solo en el 2015, no será tan relavante como el hecho de que por estos días de conga proletaria, los desvelos de cuatro hombres han sido por un bien mayor: dignificar la existencia de aquellos veteranos de la vida.
