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Rescatistas regresan con misión cumplida

En un vuelo de Cubana de Aviación procedente de Manta, arribaron a la patria los 29 rescatistas que participaron en acciones de salvamento en las zonas afectadas por el terremoto de 7,8 grados, que el pasado 16 de abril sacudió a Ecuador.

29 rescatistas que participaron en acciones de salvamento en las zonas afectadas por el terremoto de 7,8 grados, que el pasado 16 de abril sacudió a Ecuador. Reno Massola

 

El coronel Luis Carlos Guzmán, jefe del Cuerpo de Bomberos de Cuba les dio la bienvenida en la losa de la terminal 5, del aeropuerto internacional José Martí, y los felicitó en nombre de la jefatura del Ministerio del Interior por la importante misión que cumplieron, no solo por las vidas que salvaron, por lo alto que pusieron a Cuba sino también por la experiencia adquirida en estos días de trabajo.

“Constituye un orgullo haber podido ayudar a los ecuatorianos en momentos difíciles. Vivimos escenas conmovedoras, y estamos agradecidos por la acogida que nos dio ese pueblo. Reiteramos nuestra disposición de cumplir cualquier otra misión que se nos asigne; la moral y la disciplina siempre estuvo muy alta, hubo cohesión entre los compañeros”, declaró el coronel Lázaro Herrera, jefe del Destacamento de Rescate y Salvamento.

Foto: René Pérez Massola

 

Los rescatistas partieron hacia a Ecuador en la noche del 17 de abril, por lo que Marcia Cobas, viceministra de Salud Pública significó que fue una misión corta, pero muy intensa, fueron días de mucho esfuerzo, que ha requerido de preparación y del despliegue de las capacidades humanas para ayudar a un pueblo hermano.

Destacó que es la primera vez en la historia del Contingente Internacional Henry Reeve que una de sus brigadas trabaja junto a una de rescatistas. “Se han unido dos grandes fuerzas de la Revolución: el personal de la salud y las fuerzas del Ministerio del Interior, que no es más que el pueblo uniformado”. Y sugirió extender esta experiencia en otras situaciones.

Dijo que los médicos que también salieron el día 17, permanecerán en Ecuador un mes más, colaborando en todo lo que sea necesario, y manifestó su seguridad de que regresarán con la misión cumplida.

Foto: René Massola

 

Compartimos nuestros recursos con los niños

 “El primer impacto de lo que estaba pasando en Ecuador lo vivimos momentos después de aterrizar en el aeropuerto de Manta: íbamos para Porto Viejo, donde realizamos las labores principales, y nos llamó la atención un grupo de unas cuantas personas que estaban en una esquina. Cuando pasamos por su lado vimos que estaban velando a más de siete personas, a una familia entera”, relató el mayor Fabián Rodríguez Molina, jefe del destacamento nacional de rescate y salvamento del Cuerpo de Bomberos.

Me impactó que estaban velando a más de siete cuerpos al lado de la carretera, dijo Fabián Rodríguez.Foto: René Massola

“Ya estaban en los ataúdes, pero fe impresionante. Vivimos momentos muy duros, porque no teníamos experiencias de ese tipo, eran manzanas enteras devastadas, y nos sumamos al cuerpo de rescate de allí, de Porto Viejo, que está muy bien preparado, e hicimos un trabajo en equipo.

“También recuerdo a un hombre que estaba atrapado bajo un edificio, e hizo una llamada telefónica a la esposa; nos sumamos a los otros rescatistas y logramos salvarlo. Hay que reconocer la actitud del pueblo de Ecuador, que en las primeras horas fueron capaces de movilizarse y dar una respuesta muy positiva. Después de eso no había agua, ni comida y tuvimos que compartir nuestros avituallamientos con algunos niños, fue complicado”.

El agradecimiento de los niños

Para el primer teniente Alejandro López, “lo más impactante fue enfrentarnos a una situación nueva: un terremoto había devastado a dos provincia de Ecuador e integraba un equipo de lujo compuesto por médicos y rescatistas, todos colaborando.

Enfrentar una situación nueva era lo más complicado, admitió Alejandro López. Foto: René Massola

“En la trayectoria desde el aeropuerto veíamos los destrozos que había causado el fenómeno natural. Un día llegamos a Jama y Pedernales, el epicentro del terremoto, donde prácticamente el 95 % de las viviendas fueron destruidas. Ver a los niños deambulando en busca de ayuda, de alimentos, pero agradeciéndonos por el apoyo que le dábamos fue tremendamente triste.

“Tengo 28 años y desde el 2003 que ingresé en la Escuela Nacional de Bomberos me he ido preparando física y sicológicamente para enfrentar este tipo de problemas; los servicios que he brindado me han proporcionado una solidez para afrontar hechos como estos”.

Gracias Cuba

“Aparte de los cuerpos (fallecidos) una de las cosas más fuertes que sentí fueron unas cartas de unos niñitos que perdieron a sus padres y otros familiares, que nos agradecían a cada uno de nosotros con palabras muy bonitas. Los ojos se me aguaban”, confesó José Ángel Bermúdez, técnico en rescate.

Con las cartas de los niños se aguaron los ojos de José Ángel. Foto: René Massola

 

 

 

 

 

 

 

 

Foto: René Pérez Massola

 

Foto: René Pérez Massola
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