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Unidad: palanca del desarrollo económico

Ulises Guilarte De Nacimiento, Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) La Habana. Foto: Joaquín Hernández Mena

Ulises Guilarte De Nacimiento, Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) La Habana. Foto: Joaquín Hernández Mena

Importantes  motivaciones tienen los trabajadores cubanos  para celebrar el día del proletariado mundial, entre ellas la culminación del VII Congreso del Partido, que delineó los programas para  el desarrollo económico y social de la  nación, en cuya materialización tiene  la clase obrera un papel protagónico.

Ulises Guilarte De Nacimiento, miembro del Buró Político y secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), en exclusiva  con Trabajadores citó el avance en  la normalización de las relaciones  con Estados Unidos,  aunque dijo,  sigue siendo prioridad el reclamo  por la eliminación del bloqueo y la  devolución del territorio ilegalmente ocupado en Guantánamo.

Inspiran, además, el 90 cumpleaños del líder de la Revolución y  la conmemoración de hechos trascendentales. “Es un año en que la  economía mantiene retos significativos para alcanzar la eficiencia que  demandan sus programas de desarrollo”.

Ulises Guilarte De Nacimiento, miembro del Buró Político y secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC). Foto: Joaquín Hernández

 ¿La celebración llegará a los barrios, a las comunidades?

La convocatoria ha sido leída en más del 98 % de los colectivos, y debe despertar la capacidad de movilizarse este Primero de Mayo. Entre los días 25 y 30 desarrollaremos actividades en cada poblado,  lo que generará un ambiente hasta  culminar con los desfiles en todas  las plazas, donde transmitiremos el  mensaje más genuino de la indestructible unidad del pueblo en torno  a nuestro Partido, a Fidel, a Raúl y  a la Revolución.

¿Cómo influye el movimiento sindical en la batalla para que se adopten medidas que favorezcan el bienestar del pueblo?

El escenario económico se ha transformado; se han hecho modificaciones vinculadas a la delegación  y otorgamiento de mayor autonomía  y flexibilidad a la empresa estatal  socialista, con la cual coexisten  formas de gestión no estatales.

El movimiento sindical ha estado insertado en asegurar, desde su ejercicio de representación, que se cumplan los derechos que en ambos modelos tienen esos trabajadores, y puedan  poner a flote las reservas potenciales  de eficiencia que todavía tenemos.

Hay demandas e insatisfacciones en la planificación, deficiencias asociadas al aseguramiento de  los insumos que no siempre aseguran que los obreros puedan desplegar las capacidades de los procesos  productivos, pero también quedan  reservas en el aprovechamiento laboral, el diseño de los sistemas de  pago, en las formas de organización  del trabajo y los salarios, la disciplina y la combatividad para evitar  el robo y el desvío de recursos, un  fenómeno que lacera la economía.

En un proyecto social socialista el movimiento sindical  debe lograr una participación real, convertirse en una organización de aportes, que tribute a identificar y solucionar los problemas con el concurso de los afiliados, que son quienes ejecutan las transformaciones.

 ¿Están capacitados los cuadros para cumplir esos propósitos?

Estamos dando pasos para asegurar un verdadero ejercicio de influencia. Estoy convencido de que  para mediar en algo hay que tener  la capacidad de dominar, conocer,  interpretar y formularse una opinión propia, no se puede asimilar  siempre lo que traslada un dirigente administrativo; esa es la premisa  de nuestra capacitación.

Desde los colectivos se evidencia un interés superior por el dominio de los indicadores económicos,  por encontrar dentro de los balances financieros la reserva que está  presente y puede favorecer el crecimiento de los ingresos a los trabajadores. La política salarial reconoce  que los aumentos son posibles en el  sector empresarial, donde está el  49 % de los trabajadores, y estarán  ajustados a la capacidad financiera  que tenga la entidad después de haber creado la riqueza, para sustentarlo con sus propias finanzas.

El movimiento sindical tiene una participación superior en la elaboración del plan de la economía, ¿lo han ganado o se lo han asignado como tarea?

 Nuestros estatutos, la constitución y los documentos aprobados en  el VII Congreso del Partido reconocen la participación cada vez más  protagónica de los trabajadores en  los procesos productivos y sociales,  y promueven su participación en  cada acto decisorio de los que rigen  la gestión económica del país.

Por eso, los colectivos son capaces de cuestionarse elementos asociados a la contratación, de proponer alternativas para reducir gastos,  incorporar variantes que tributen a  un ahorro superior (particularmente de los portadores energéticos), a  que las plantillas estén acordes a  la capacidad del puesto de trabajo,  para que la empresa no trabaje con  índices de deterioro o de pérdidas  en su gestión, para generar renglones exportables, reducir las importaciones, que se incorporen mejoras  tecnológicas al plantel industrial  con el aporte sustantivo de los innovadores…

¿Insatisfacciones?

Todavía el movimiento sindical  no alcanza el liderazgo y reconocimiento de todos los trabajadores  por las insuficiencias en política de  cuadros, capacitación y la representación de sus deberes y derechos.

Tenemos fisuras en el cumplimiento de la ley, en que el sindicato  permite violaciones a los dirigentes administrativos de las políticas  aprobadas; muchos órganos de justicia laboral no despliegan la labor de representación a la hora de dirimir los conflictos, no logramos aglutinar a los trabajadores en el enfrentamiento al robo, al delito, a las ilegalidades, y aun los convenios colectivos de trabajo no tienen  la capacidad de negociación de los  sindicatos con los empleadores.

Estamos a más de dos años del XX Congreso de la CTC. En mayo haremos el balance del consejo nacional  con un análisis autocrítico de la gestión del secretariado ejecutivo, y una  mirada profunda a lo que falta por  hacer, sobre todo a la responsabilidad  de convertirnos en una organización  que movilice las reservas de la economía en el perfeccionamiento del modelo socialista cubano.

 Algunos teóricos dicen que en el socialismo los sindicatos no negocian, ¿cuál es su opinión?

Donde hay empleadores y empleados tiene que haber capacidad de  negociación, que se refleja en cómo el  sindicato, a partir de las normativas  jurídicas, se inserta a escala del colectivo. Por ejemplo, la jornada laboral en Cuba no es uniforme, entonces,  el sindicato ejerce una labor de negociación para asegurar que se cumplimente ese derecho ganado en las luchas por la jornada de ocho horas.

Tiene que pelear el salario, el diseño de las formas y sistemas de pago, las mejoras de las condiciones de trabajo y de seguridad y salud, y para que la admisión al empleo esté condicionada por un principio del cual somos garantes: la idoneidad demostrada. Pudiera citar más  ejemplos que denotan que en el socialismo esa capacidad de negociación es real, lo que se desarrolla en  términos de respeto, reconocimiento a la autoridad administrativa y  al papel y los derechos que tiene  nuestra organización sindical.

Si tuviera alguna satisfacción que mencionar, ¿cuál sería?

El indiscutible papel de la clase trabajadora en consolidar la obra de la Revolución; de ella sale lo que más necesitamos para hacer próspero y sostenible nuestro socialismo: las riquezas; las ideológicas y las materiales, para que nuestro pueblo encuentre satisfacción y cada día haya  más prosperidad, más desarrollo.

La clase obrera es un brazo estratégico, ideológico y movilizador  del Partido, no como dicen otros, un  apéndice del Partido; tiene autonomía en su gestión y reconocimiento  estatutario.

Inserción mundial y representación en el Primero de Mayo en  Cuba

Tenemos un amplio y sostenido crecimiento en las relaciones internacionales; nuestra política exterior  responde a las líneas estratégicas  del país; intercambiamos con las  organizaciones que respeten el derecho a nuestra autodeterminación,  nos traten de igual a igual, no se inmiscuyan en los asuntos internos y,  sobre todo, hayan expresado hacia  Cuba lazos de solidaridad, amistad  y reconocimiento a la obra de este  pueblo.

Vamos a seguir ampliando las relaciones internacionales con el movimiento sindical. La unidad nos dará la fuerza para nuevas conquistas; tenemos más cosas que nos  unen que diferencias en términos  ideológicos, de nacionalismo o regionalismo.

El Primero de Mayo en Cuba es el reflejo de todo eso. Líderes y personalidades del mundo vienen a expresarnos  su solidaridad, esa que tanto ha necesitado la Revolución, y que agradecemos  infinitamente, por lo que somos recíprocos con sus luchas.

Nuevamente la CTC tiene al frente a un miembro del Buró Político, ¿qué significa?

Una alta responsabilidad para llevar a hechos las políticas aprobadas por el VII Congreso del Partido,  ejerciendo un papel movilizador con  los colectivos en su implementación.  Lo voy a hacer con humildad, consagración y un enorme compromiso  por la confianza que han tenido al  elegirme.

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