Tras mucho tiempo de espera Amada Colombat Rodríguez puede agradecer el trabajo de otros, y es que finalmente el 7 de abril último su padre pudo cobrar la compensación que debía recibir de la Delegación Provincial de la Agricultura en Santiago de Cuba.
Dicho pago corresponde con la bienhechuría de la tierra que Luis Mariano Colombat explotó en usufructo en la finca Gazcón, robando espacio al marabú para llenarlo de frutales.
La tasación que realizó la entidad santiaguera por 499 plantas, ascendió a poco más de mil 143 CUP, entregados al demandante un año y muchas gestiones después.
Su hija, remitente de la carta tramitada originalmente por Buzón abierto, está satisfecha con que el asunto concluyera, mas no por eso deja de preguntarse por qué necesitó “acudir a un órgano de prensa para que problemas solubles como este lleguen a feliz término”.
Amada sigue sin entender cómo es posible que tales situaciones sean habituales cuando existen mecanismos de atención a la población en todos los órganos y estructuras, si lo único que se precisa es que dichas entidades administrativas cumplan “con lo que les toca”.