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Con los oídos puestos en el pueblo

Alguien me preguntó cómo había terminado las sesiones del Congreso, desde mi condición de periodista, y no pude menos que decirle que emocionada. Reencontrar a Fidel en el salón plenario del Palacio de Convenciones, verlo lúcido, amado por sus hermanos de sangre y de lucha, ovacionado infinitamente por su pueblo; escuchar su visionario y profundo discurso; oír las palabras orientadoras y precisas de Raúl, y sentir el aliento de los jóvenes, fue bálsamo para el espíritu.

Un Congreso  en cuatro días no hace diferente a una Revolución, mucho menos a un proyecto que tiene clara su estrategia:  seguir siendo la Revolución de los humildes, por los humildes y  para los humildes. Esa ha sido su esencia, razón de ser durante  más de cinco décadas de existencia, que quedó ratificada, tanto en la presentación del Informe Central, como en el discurso  de clausura del VII Congreso del Partido por parte del Primer  Secretario del Comité Central.

Foto: Omara Garcia

Las decisiones en la economía no pueden, en ningún caso, dijo Raúl, significar una ruptura con los ideales de igualdad y justicia de la Revolución y mucho menos resquebrajar la unidad de la mayoría del pueblo en torno al Partido.

Por eso, a aquellos que han preguntado de forma malsana qué resolvió este, ha habido que responderles que sus directrices son la clave de las decisiones presentes y futuras.  El Congreso fue un momento de reflexión y análisis, cuyas directivas deben materializarse en la base y a ello tendrá que consagrarse cada protagonista de esas intensas jornadas y todos en general.

Algo de lo cual se debatió en las comisiones y que fue expuesto por Raúl en el Informe Central, es la necesaria  e intrínseca ejemplaridad de los militantes del Partido Comunista. Así  como decimos que el maestro no deja de serlo en ningún lugar  porque educa en cualquier espacio, así debe ser el militante: la sencillez, laboriosidad, honestidad, transparencia, solidaridad, deben caracterizar la actuación del militante, ya sea en el centro laboral o de estudios; en la familia o en el barrio.

Porque con ejemplo se educa a los hijos, a los vecinos, a los jóvenes y a los trabajadores. Y retomo las palabras de Raúl porque su Informe Central se convierte en guía para estos complejos tiempos: “Se requiere mucha sensibilidad e intencionalidad  política para avanzar en la implementación de los Lineamientos”.  Con sensibilidad, el saber  “ponerse en la piel del otro”,  se pueden  evitar muchos problemas y malentendidos, que en  ocasiones se personifican en la Revolución, y tienen como único responsable la burocracia de alguna persona. Orden, disciplina y exigencia son palabras para el actuar cotidiano.

Para los trabajadores las misiones están claras y concretas.  Es preciso lograr mayor eficiencia de la empresa estatal socialista, que como forma principal de gestión de la economía,  tiene el reto de producir bienes de consumo que satisfagan las  necesidades de la población.  Indispensable resulta también una mejor preparación de los cuadros administrativos para que empleen a fondo todas las potencialidades de las medidas destinadas a otorgar mayor autonomía a la empresa.

Más de una vez en este semanario se reflejaron los tropiezos ocurridos con la implementación de la Resolución No. 17 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, y que ahora fueron expuestos por Raúl, quien reconoció que si bien influyó en sentido general en la elevación de la motivación de los trabajadores y el aumento de la productividad, se presentaron múltiples  deficiencias.

Esto es un asunto para recapacitar, pues a inicios de abril se comenzó a ejecutar  la Resolución No. 6 (sustituta de la 17) relacionada con los sistemas de pagos por rendimiento. En aras  de evi tar di ficul tades y para no tropezar de nuevo con la misma piedra se requiere de la mayor preparación de los directivos empresariales y dirigentes sindicales, a quienes corresponde exigir porque se cumpla lo establecido.

Este Primero de Mayo, cuando las plazas del país estén colmadas del pueblo trabajador, los cubanos ratificarán su apoyo  a los acuerdos adoptados en el VII Congreso y la seguridad  de que el camino trazado el primero de enero de 1959 no tiene  retroceso: Cuba es y será socialista.

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