Mientras en algunos puntos de la geografía cubana no se puede ni pensar en el ahorro tradicional de agua por la situación crítica de los sistemas de abasto, las empresas registradas en la capital como derrochadoras dilapidan en un mes casi 830 mil metros cúbicos (m³), que podrían abastecer en ese tiempo a miles de habitantes.
¿Representa esa cifra un sinónimo de impunidad? ¿Por qué usar y aprovechar eficazmente ese recurso no puede ser una consigna? Trabajadores fue en busca de esas y otras respuestas en un acercamiento a tan amplio y escabroso tema, del que nos quedaron muchos datos y reflexiones en el tintero.
Es obvio, si bien poco manejado, que emplear la cantidad de agua adecuada en la producción y los servicios no solo implica preservarla, sino, además, dejar de consumir energía eléctrica y el petróleo equivalente que permiten echar a andar los sistemas de bombeo. Por eso los expertos hablan de las implicaciones económicas, sociales y medioambientales que rodean el buen o mal manejo de los recursos hídricos en general.
Es un asunto peliagudo, que representa muchos retos, en lo cual coinciden la máster ingeniera Mirna Carrazana Téllez, jefa de Departamento de Inspección, y la licenciada Ada Ibel Daniel Ramos, subdirectora en facturación, ambas de la dirección comercial en la empresa Aguas de La Habana, que desde este año gestiona a todos los municipios de la urbe.
Es grande el deterioro en las tuberías y esa misma magnitud tiene el proceso inversionista que se lleva a cabo a mediano plazo. Aparejados deben ir la aplicación de lo legislado, que recoge en su justa medida los deberes y obligaciones de todos los usuarios, las acciones a llevar a cabo para alcanzar resultados sostenibles, sin detenerse en fútiles disquisiciones de a quién toca resolver primero o después sus salideros e ineficiencias.
Se sabe que en la capital los que se sobregiran en los consumos —y por lo tanto son penalizados al doble de la tarifa oficial— constituyen de manera abrumadora quienes pagan en moneda nacional.
¿Disminuirán o crecerán? Puede ser cualquiera de esas opciones en dependencia de cómo se cumpla el plan para la instalación de hidrómetros, de las medidas coercitivas que se les apliquen, de la conciencia que ganen o sigan perdiendo.
Por lo pronto, dan provecho medidas como regular las entregas, una “llave” para insertarlos en la canal de los índices aprobados, en función de lo cual también proliferan reuniones y contactos, el actuar de inspectores, aunque nunca la medida más drástica respaldada por la ley: el corte del servicio.
Ninguno de los entrevistados imagina qué pasaría si hospitales, centros educacionales, hoteles, grandes industrias, se vieran de pronto sin agua para desarrollar sus actividades. Sin embargo, esas instalaciones clasifican entre las altas consumidoras y no pocas como derrochadoras. Algunas van en franco despegue. Tal es el caso del hospital Hermanos Ameijeiras, cuyos trabajadores aspiran sumar a sus logros para la salud pública el del ahorro de agua.
Paso a pasito
La atención que presta el Ministerio de Salud Pública al tema deviene uno de los pilares sobre los cuales se sustenta esa pretensión. Se ha invertido en equipos como las nuevas torres de enfriamiento y tuberías de las calderas y en la sustitución de los fusómetros por otros más eficientes, pues todo el sistema de descarga de los baños del hospital utiliza esos mecanismos.
El ingeniero Abel Domínguez Martín, jefe de sección técnica allí, dio mucha importancia a las normas organizativas dirigidas a emplear mejor el agua disponible y priorizar la supresión de salideros. Los números no son despreciables, pues al mes deben gastar 36 mil m³, número rebajado en 2 mil “y hace varios meses que no nos penalizan”, subraya.
Faltan por aplicarse otros proyectos como parte del plan de reparación que materializan desde hace dos años, a fin de seguir bajando el consumo de agua aunque el centro asistencial casi ha triplicado su nivel de atención a pacientes en los últimos 3 años, precisó el máster Hermes Torres Font, vicedirector administrativo en funciones, cuando los visitamos a mediados de abril.
Mejor tarde que nunca
Los santiagueros estuvieron a punto de verse privados de la producción de su industria cervecera. El agua que derrochaba podría satisfacer en dos veces la demanda de esta propia industria. Se propuso cerrarla, pidieron un plazo de dos meses y resolvieron una vieja situación.
Al referir el caso, el ingeniero Yunior González Núñez, jefe del Departamento de Balance de Agua del INRH, asevera que no tener agua disponible ha generado acciones que a largo plazo nos van a beneficiar, junto a resultados como que el balance de agua sea desde hace un trienio un acápite directivo de la planificación de la economía.
El 2013 fue el año de mayor agua programada para usar. Desde entonces los planes y gastos decrecieron con el reajuste de los índices y las acciones con los organismos, que no se comportan igual. La Agricultura, mayor consumidora, tiene en el arroz el punto neurálgico, con bajísimos rendimientos y un superlativo gasto de agua, si bien “esto debe revertirse por las inversiones en proceso”.
Identificó a la industria láctea como segundo gran derrochador, en lo que influyen el mal manejo del recurso y la obsolescencia tecnológica. Otras con deterioros puntuales son las procesadoras de conservas, como la fábrica La Conchita, de Pinar del Río.
Imposible hablar de ahorro de agua y no mencionar los acueductos. Estos entregan dos y tres veces la que se necesita, pero no llega a su destino final porque se pierde en algún lugar de la red.
De un 58 % de agua que el INRH botaba por salideros en tuberías y conductoras bajó un 13 % en casi un quinquenio, como consecuencia del millonario programa de rehabilitación y sustitución de tuberías. Una vez terminado debe converger con los efectos provechosos derivados de la eliminación de salideros dentro de casas y centros de trabajo, donde hoy se bota el 19 % del preciado líquido.
En eso tienen que influir empeños como el programa de producción de herrajes, así como el incremento sustancial del metraje, a lo cual tributará la producción nacional de hidrómetros, ya en marcha.
González Núñez es optimista porque, subraya, se notan cambios en positivo para que bajen los consumos, y hasta medio centenar de nuevos grupos empresariales les han pedido capacitación, un signo alentador de ganancia en seriedad y conciencia.
Marcar diferencias
Por segunda ocasión visito el hotel Cubanacán Comodoro con el mismo fin periodístico. La diferencia es que ahora no hallé el rosario de calamidades, porque la Inmobiliaria Occidente del Ministerio del Turismo ya había aprobado la decisiva inversión para el cambio de las redes hidráulicas, con muchos años de explotación y distinto deterioro, y para colmo de males, colocadas directamente en la tierra, en una zona tan cercana al mar.
a instalación de 1,5 kilómetro de redes en exteriores e interiores, cambio de dos grandes válvulas y de grifería, además de mejor operación de las calderas y la reparación de piscinas ha estado entre los trabajos realizados, con el reto adicional de hacerlo sin dañar las aceras y áreas verdes.
El Comodoro llegó a gastar entre 7 y 8 m³ de agua por habitación ocupada, cifra reducida a menos de la mitad en el primer trimestre de este año, como efecto de las medidas técnico-organizativas adoptadas, dijo José Luis Ayala Martínez, director general del hotel. Todavía mantienen funcionando dos sistemas de abasto, porque restan cuatro de los bloques habitacionales por ser conectados a la nueva red, lo cual debe ocurrir a principios de mayo, cuando la instalación vestirá galas para la Feria Internacional de Turismo.
Así parece que cerrará una triste historia de gran derroche y continúa escribiéndose la de forzosos ajustes en pos del máximo ahorro, porque no solo con más turistas e ingresos se cumple con la economía y la sociedad.
Cuando hablamos de ahorro de agua no podemos obviar el consumo energético, pues se gastan 0.32 kilowatt por m³ bombeado. Para esas funciones el INRH tiene planificados este año 580 gigawatt-hora, que en combustible significan 342 mil barriles de petróleo y un costo equivalente de 14 millones 411 mil 880 USD a los precios vigentes el 14 de abril.