La Ciénaga de Zapata, probablemente el territorio más olvidado de la etapa pre-revolucionaria de la nación, camina junto con Cuba, anda de su mano y no es, para nada, distinta a lo que sucede en cualquier rincón de la Isla.
Se equivoca quien la imagine detenida en el tiempo, aserrando madera, quemando el soplillo, humosa de carbón. Habita aquí una vida nueva, otra manera de pensar, de interpretar los fenómenos.
En la agreste zona, asiento del mayor y mejor conservado humedal del Caribe insular, la Ciénaga crece desde los centros de enseñanza, los joven club de computación o cuida la salud de sus más de 9 mil habitantes con una infraestructura sanitaria de un policlínico y 13 consultorios del Médico de la Familia.
Convertida en sitio de preferencia para los amantes de la naturaleza, la flora y la fauna, visitantes de todo el planeta pisan su suelo en busca de una historia que por lo general les cuentan en el Museo de Girón, fiel testimonio de lo acontecido en abril de 1961, el mes donde 55 años atrás se logró la primera gran derrota militar de Estados Unidos en América.
Justo esa belleza de su entorno refrenda lo que el turismo debe constituir para un territorio que en el 2015 registró el mejor desempeño de su historia, momento en el que superó los planes de ingresos y de utilidades.
Sin embargo, las posibilidades de un vertiginoso desarrollo de la infraestructura para el desarrollo del ocio en la zona se ha visto beneficiaba con las nuevas formas de gestión, implementadas al calor del proceso de actualización económica.
Se estima que hoy existen en la Ciénaga de Zapata 388 habitaciones gestionadas por el sector privado, un crecimiento que al decir de Jorge Sagarra Almenares, director de la Empresa Integral Turística, favorece la afluencia de visitantes, “una oportunidad que tenemos que seguir aprovechando y sacarle la mayor cantidad de frutos”.
Como dicen sus lugareños, quien tenga dudas de que la Ciénaga de Zapata sigue siendo ciento por ciento obra de la Revolución, no tendrá otra opción que adentrarse en la cotidianidad del más grande y menos poblado de los municipios cubanos, y comprobar, allí, lo que 55 años después significa la victoria del 19 de abril.
