Será esta la segunda ocasión en que Isis Neisy Ramos Acevedo viva una cita en la que bosquejan los designios de la isla. Esta educadora participará en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) con el antecedente de haber asistido al encuentro pasado:
“La responsabilidad de la reunión anterior fue enorme porque allí trazaron el rumbo a seguir en este último quinquenio. Los que estuvimos allí no solo fuimos parte de una reunión decisoria, sino que nos asistía el compromiso de traducir aquella vivencia en el entorno donde nos desarrollamos como entes sociales y revolucionarios”, afirmó Ramos Acevedo.
Un reto mayor les espera a los delegados a la máxima cita de la mencionada organización, pues tocará analizar los avances y desaciertos de una estrategia que debió aplicarse en un contexto cada vez más cambiante.
“Ahora analizaremos hasta qué punto llegamos en el camino hacia el Socialismo próspero al que aspiramos, afirmó la profesora del Centro de Estudios de Técnicas Avanzadas de Dirección (CETAD). Para quienes, como yo, se enfrentan a un aula a diario esta es una oportunidad directa de transmitir cuestiones medulares que se discuten a altos niveles”, reconoció la fuente.
Isis Neisy Ramos forma parte del equipo encargado de impartir todos los programas de administración-dirección contenidos en las distintas carreras universitarias. También desde el CETAD coordinan el postgrado de superación de cuadros del Estado y del Gobierno, diplomados de administración pública, gestión y dirección empresarial, así como asesoran a los Consejos de la Administración municipales y provincial. Tales responsabilidades delinean también los propósitos de esta educadora en el VII Congreso:
“Creo que los maestros enseñamos hasta cuando dejamos el aula. Por eso, esta cita me dotará de elementos para cumplir una función imprescindible en estos tiempos: formar a los jóvenes que tengo en la mano; muchos de ellos dirigentes en las distintas esferas económicas-sociales de la provincia.
“Recuerdo una conferencia en la que Calviño decía que a los jóvenes hay que darles alas y raíces; las primeras para que consigan lo impensable, las segundas para que se aferren a su tierra siempre. Esa combinación de alas y raíces es la que quiero conseguir en mis alumnos a partir de esta nueva experiencia como militante, mujer y cubana. Sobre todo en estos tiempos en que nos convidan a olvidar la historia y mirar solo al futuro”, concluyó.