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Cero lluvias

Cero lluvias. Entre las ocho de la mañana del domingo e igual hora de este lunes no “cayó agua del cielo” en el área que ocupa el archipiélago cubano.

Acabo de leer esa escueta frase en el parte diario que amablemente recibo del Departamento de uso racional del agua del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH).

Los reiterados ceros son acompañados por el acumulado de las lluvias en el mes, que a nivel nacional está en unos raquíticos 28 milímetros (mm), con la distribución siguiente por territorios:

OCCIDENTE                0.0     23.6 mm

CENTRO                      0.0     26.6 mm

ORIENTE                     0.0     33.3 mm

Más sensación de calor, puede ser el primer pensamiento de cualquiera al conocer este registro de la red de estaciones pluviométricas. Pero para expertos o no que dan seguimiento al tema hidráulico la situación va más allá.

Marzo es el quinto mes del período poco lluvioso en Cuba y le está haciendo honores. Ya lo habían predicho los especialistas: se prevén totales de precipitaciones similares a los de febrero, que estuvieron algo por debajo de sus indicadores acostumbrados, lo cual reafirmó la tendencia registrada de que los acumulados de pluviosidad en los últimos doce meses no redujeron las áreas afectadas con déficits.

Los datos y tablas de cada día evidencian cómo el agua embalsada sigue disminuyendo. Al comenzar este mes, en todo el territorio nacional las presas estaban al 52 % de su capacidad de llenado y llegando a sus postrimerías ese número ha disminuido en un 2 %, agravando las ya críticas situaciones en los reservorios de Las Tunas, Santiago de Cuba, Camagüey y Guantánamo, al 23,2; 27,8; 31,2 y 36,2 por ciento, respectivamente de sus potencialidades de acopiar agua. Ahora Ciego de Ávila se pegó al pelotón de retaguardia, con un 36 %, según el parte del sábado 27.

Para no abusar de los números, solo agregar que la mayor presa de Cuba, la espirituana Zaza, se encuentra al 43 %  y en cuanto a provincias solo superan la mitad de su posibilidad de “carga”, las de Cienfuegos (77,7 %), Holguín (75,5), Artemisa (75,2), Isla de la Juventud (64,3), Villa Clara (62,3), Pinar del Río (60,3) y Granma (51,7).

Son evidencias de que no es por gusto el permanente llamado al ahorro y uso racional del agua, esa que en ocasiones nos llega en demasía pero que en los últimos dos años nos castiga con lo contrario.

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